martes, 14 de diciembre de 2010

Las Constelaciones (Manuscrito del siglo XV)

Las Constelaciones.
Descripción del Documento. El astrónomo 'Abd al-Rahman ibn' Umar al-Sufi, conocido comúnmente como al-Sufi, nació en Persia (actual Irán) en 903 d.C. y murió en 986. Trabajó en Isfahán y en Bagdad, y es conocido por su traducción del griego al árabe de Almagest del antiguo astrónomo Ptolomeo. La obra más famosa de Al-Sufi es Kitab suwar al-kawakib (Libro de las constelaciones de las estrellas fijas), que publicó alrededor del 964. En este trabajo, al-Sufi describe las 48 constelaciones establecidas por Ptolomeo y añade críticas y correcciones propias. Para cada una de las constelaciones, ofrece los nombres indígenas árabes para sus estrellas, los dibujos de las constelaciones y un cuadro de estrellas que muestra su localización y magnitud. El libro de Al-Sufi estimuló aún más trabajo sobre astronomía en el mundo árabe e islámico y ejerció una enorme influencia en el desarrollo de la ciencia en Europa. El trabajo fue copiado y traducido con frecuencia. Esta copia, de las colecciones de la Biblioteca del Congreso, se produjo en algún lugar de Asia central o sur, hacia 1730, y es una copia exacta de un manuscrito, hoy perdido, preparado para Ulug Beg de Samarcanda (actual Uzbekistán) en 1417 [820 AH]. La Biblioteca Nacional de Francia tiene un manuscrito de Kitab suwar al-kawakib que fue preparado para Ulug Beg en 1436.
Descripción física del documento: 176 hojas (19 líneas), encuadernado: ilustraciones a color, 25 x 15 centímetros.

La Escritura Romana - Juan José Marcos

La escritura romana.
Concepto y Origen.
El alfabeto romano deriva del alfabeto griego a través de la mediación de los etruscos. En el siglo I a.C. los romanos ya manejaban un alfabeto casi idéntico al actual. También aplicaban diferentes tipos de escritura, desarrollando ya las variantes y estilo tipográficos fundamentales. De hecho, la escritura latina constituye el inicio de la escritura actual del mundo moderno occidental a través de una larga evolución paleográfica, uncial, cursiva, semiuncial, carolingia, gótica y humanística, ya en el siglo XV, cuando la imprenta empezaba a sustituir a la larga tradición manuscrita en la producción de libros. Las más antiguas inscripciones que se conservan escritas con alfabeto latino son la “lapis niger”, la fíbula de Preneste del siglo VI a. C. y el vado de Duenos del siglo IV a. C.
Los estudios más recientes en torno a la escritura latina mantienen la validez de la tesis de Maffei que afirmaba que la gran variedad de tipos que se encuentran en los manuscritos antiguos y medievales no se pueden considerar como escrituras latinas diferentes, sino formas diversas derivadas todas de la escritura latina de la edad romana.
Clasificación. Existe pues una unidad de la escritura latina que, con el progresivo desarrollo, provoca la aparición de de diversas formas, lo que hace difícil una clasificación apropiada. Dado que en la práctica no es posible estudiar en el mismo tiempo la evolución de todos los géneros, es útil dividir el desarrollo de la escritura en distintos períodos para poder seguir, al menos en rasgos generales, el desarrollo contemporáneo de los diversos tipos. Varias son las clasificaciones posibles, siendo bastante aceptada la que distingue 5 períodos a los que corresponden otros tantos grupos de escritura:
1.- La escritura de la edad romana (capital elegante, capital rústica, uncial, semiuncial y cursiva).
2.- Las escrituras naciones (visigótica, beneventana, insular y merovingia).
3.- La minúscula carolina.
4.- La minúscula gótica.
5.- La humanística.
Fuente: Fuentes informáticas para paleografía latina, autor: Juan-José Marcos 
Todas aquellas personas interesadas en conseguir más información sobre el tema, pueden acudir a la página web del referido autor de estas líneas: http://guindo.pntic.mec.es/jmag0042/palefuen.html

viernes, 3 de diciembre de 2010

EL POEMA FUNEBRE DE ADRIANO

El Emperador Publio Elio Adriano (Itálica o Roma, 24 de enero de 76 -Bayas, 10 de julio de 138) -conocido oficialmente durante su reinado como Imperator Caesar Divi Traiani filius Traianus Hadrianus Augustus, y Divus Hadrianus tras su deificación, comúnmente mentado simplemente como Adriano-, gobernó el Imperio del Aguila durante el intervalo sito en los años 117 y 138, y perteneció a la dinastía Ulpio - Aelia, siendo el tercero de los llamados cinco emperadores buenos.
Durante su reinado, el Imperio alcanzó la mayor extensión territorial de su historia y por si esto fuera poco, fue también conocido por sus berretines con la filosofía estoica y epicúrea.
En la colección de bibliografías conocida como "Historia Augusta", escritas durante los reinados de Diocleciano y Constantino I, se refiere que Adriano escribió un poema en su lecho de muerte, el cual quiero compartir con todos ustedes, en honor a todos aquellos HH.·. MM.·. esparcidos por la faz de la tierra, que durante este año han partido para el O.·.E.·.




"Animula, vagula, blandula


Hospes comesque corporis


Quae nunc abibis in loca


Pallidula, rigida, nudula,


Nec, ut soles, dabis iocos..."



"Pequeña alma, blanda y errante,


huésped y compañera de mi cuerpo,


que partirás para lugares


pálidos, rígidos, desnudos,


y ya no bromearás como acostumbrabas"




foto extraída del sitio

jueves, 4 de noviembre de 2010

EL CÍRCULO: Oswald Wirth (*)

EL CIRCULO
"Para representar a la Unidad lo más conveniente es trazar una línea única cuyos extremos se juntan desapareciendo. Una línea simple es menos feliz, porque reconocemos en ella una línea cortada, imagen del Ternario, si se tiene en cuenta su cuerpo o sus dos extremos. Es verdad que dicho Ternario se encuentra en toda representación, dado que el Círculo determina un límite que separa al contenido limitado de un ambiente infinito. Hablando estrictamente, la Unidad no es representable: se concibe pero no se ve en ninguna parte. Su mejor símbolo es el punto matemático estrictamente imperceptible, que debemos situar en forma abstracta en la intersección de dos líneas o en el centro de un círculo. Es este punto inexistente materialmente que engendra la línea al desplazarse en el espacio. Nacida de la nada, la línea, al avanzar de frente o al girar sobre sí misma, nos hace concebir la superficie que, a su vez, se eleva, baja, oscila sobre uno de sus lados para darnos la idea del cuerpo de tres dimensiones. Esta generación es intelectual y lo que el espíritu humano saca así de la nada es la geometría.
La imposibilidad de formarnos una idea fiel de la Unidad nos obliga a volver al círculo, emblema tradicional de lo que no tiene ni comienzo ni fin. Ante la necesidad de animar una figura geométrica demasiado esquemática, los alquimistas griegos vieron en el círculo a una serpiente que se muerde la cola, el Uróboros.
La divisa EN TO IIAN, Uno el Todo, que acompaña al símbolo ofídico, afirma la fe en la unidad global de lo que existe y se puede concebir.
Los griegos partían de esta unidad en sus especulaciones y volvían a ella siempre para apreciar, en su relación, el valor de las cosas. No se ocultaban que ese Todo equivale a Nada para el empirista que sólo tiene por real lo que constata objetivamente; de ahí la idea de la materia primera de la Gran Obra, que los tontos no ven en ninguna parte y que los sabios adivinan en todo. Es el Todo-Nada, o la Nada-Todo sobre los cuales sólo se puede divagar con palabras.
Sin embargo, no conviene disertar en el vacío sobre el Cero vacío que, no obstante, no es la Nada, porque el Todo-Uno no deja nada fuera de sí. Vacío y Nada son palabras engañadoras: todo está lleno de “alguna cosa”. Es verdad que esta cosa puede escapar a nuestros sentidos, aunque se imponga al intelecto. Se la ha figurado como una sustancia diluida al extremo, sin más cualidad que la de extenderse indefinidamente. Los babilonios no dieron nombre a esta sustancia, aunque la poetizaron en Tiamath, la esposa de Apsú, el abismo sin fondo, el dios negro primordial, que duerme, se complace en sí mismo, y rehúsa crear cualquier cosa que sea. Este dios inactivo de la noche no puede representarse más que con un disco negro, porque es el dios de las tinieblas increadas, que se suponen anteriores a todo el devenir.
Para agradarle y unirse a él, Tiamath, su esposa, se volatiliza. Es como si ella no fuera, de tal modo se ha extendido y sutilizado. Es, en este estado, la Sustancia primordial, impalpable y transparente, uniforme y no diferenciada, precisamente lo que representa el Alumbre de los alquimistas. Sal filosófica por excelencia, principio de las otras Sales, de los minerales y de los metales, según la definición de Dom Antoine Joseph Pernéty, en su Dictionnaire mytho-hermétique.
[1]
Ninguna propiedad del alumbre vulgar justificaría esta preeminencia; parecería también que hubiera un juego de palabras, porque Alumbre (Alun en francés) evoca Lo Uno, sustancia fundamental, análoga al Eter que constituye la esencia íntima de las cosas, su trama sutil desprovista de cualidades diferenciales; dicho de otra manera: el sustrato, inmaterial en cierto modo, de toda materialidad.
En las cosmogonías es el Caos primitivo, en el que se confunde, ahogado en la homogeneidad, todo lo que toma forma y cualidades distintivas. Es Tiamath antes del furor que turba bruscamente su limpidez, por condensación, y transforma a la esposa de Apsú en agua densa y salada, de donde surgirá la creación.".
[1] París, 1758.
(*) Oswald Wirth, EL SIMBOLISMO HERMÉTICO Y SU RELACIÓN CON LA ALQUIMIA Y LA FRANCMASONERÍA, Paris 1910, p. 10-11

miércoles, 3 de noviembre de 2010

(ALGO MAS SOBRE...)
TEMPLARIOS Y ROSACRUCES (*)

"Las tradiciones herméticas orientales encontraron en Occidente otros tantos canales para su expresión, durante la Edad Media y el principio de la Edad Moderna, en las muchas sociedades y órdenes místicas y secretas, aunque aparentemente con diversa finalidad exterior, que se manifestaron aquí y allá, todas íntimamente relacionadas con la Tradición Iniciática y ligadas interiormente por la afinidad de los medios de manifestación y una identidad fundamental de orientación.

Entre estos movimientos, los dos más conocidos y que más han influido en la Masonería, son la Orden del Templo, que tuvo su apogeo y su período de esplendor en el siglo XIII, y la Fraternidad Rosacruz, que influyó especialmente en el siglo XVII.

La Orden de los caballeros del Templo nació de las Cruzadas y el contacto que se estableció con ocasión de las mismas entre los caballeros venidos del Occidente y las místicas comunidades orientales depositarias de tradiciones esotéricas. Como Orden fue fundada en 1118 por dos caballeros franceses, Hugues de Payens y Godefroid de St. Omer, con el fin de proteger a los peregrinos que iban a Jerusalén después de la Primera Cruzada.

Los caballeros hacían los tres votos evangélicos de pobreza, castidad y obediencia, como las demás órdenes religiosas, y la Orden comprendía en sí misma un cuerpo eclesiástico propio, dependiente directa y únicamente del Gran Maestro de la Orden y del Papa. Así los místicos secretos de los cuales la Orden se hizo depositaria podían ser guardados con toda seguridad.

El secreto en el cual se desarrollaban las ceremonias de recepción, y se comunicaban los misterios a los que se reputaban dignos y maduros para poseerlos, fue el pretexto de las acusaciones de inmoralidad y herejía que se hicieron a la Orden, siendo en realidad motivadas estas acusaciones por la ignorancia, el celo y la codicia de su inmensa riqueza. Esta última fue principalmente la razón que llevó a Felipe el Hermoso, rey de Francia, en el año 1307, a aprehender sin previo aviso a todos los Templarios, que fueron torturados y juzgados muy sumariamente por el Tribunal de la Inquisición, con el preciso intento de acabar con la Orden, cuyo fin fue sellado trágicamente en 1314 (cuatro meses después de su abolición privada por obra del pontífice) por la bárbara muerte inflingida a su Gran Maestro Jacques de Molay, que fue quemado vivo delante de la catedral de Nôtre Dame de París.

También el movimiento filosófico conocido con el nombre de Fraternitas Rosae Vía tuvo sus orígenes en el contacto de Occidente con el Oriente, y con las secretas tradiciones que aquí pudieron conservarse más libre y fielmente: Cristian Rosenkreutz, su místico fundador, nació, según la tradición de la cual se habla en la Fama Fraternitatis, en 1378, y muy joven viajó por Chipre, Arabia y Egipto, donde le fueron revelados muchos importantes secretos, que llevó consigo a Alemania, donde fundó la Fraternidad, destinada a reformar a Europa. Después de su muerte fue sepultado secretamente en una tumba preparada expresamente para él, que debía permanecer desconocida para los miembros de la misma Fraternidad, hasta que fue casualmente descubierta, leyéndose en la misma la inscripción: Post CXX años patebo.

Esta historia, así como los secretos y maravillas que se encuentran en la tumba, es evidentemente simbólica de la Tradición Iniciática de la Sabiduría, personificada por el mismo Cristian Rosenkreutz, que viene del Oriente al Occidente, y se conserva celosamente en su tumba hermética, en donde la buscan y la encuentran sus adeptos, los fieles buscadores de la Verdad.

En cuanto a la influencia de estos dos movimientos sobre la Masonería, que es la que por el momento más nos interesa, es cierto que no solamente muchas tradiciones templarias y rosacruces encontraron su camino en nuestra Orden, sino que también se hizo ésta la intérprete y natural heredera de sus finalidades, ideales y de la Gran Obra que constituye el fin de todas las diferentes tendencias: hermetistas, templarios, rosacruces y filósofos siempre han debido fraternizar con los masones, y de esta comunión espiritual ha nacido la Masonería según hoy la conocemos.".


(*) MAGISTER, La Masonería revelada, Manual del Aprendiz, ESTUDIO INTERPRETATIVO SOBRE EL VALOR INICIATICO DE LOS SÍMBOLOS Y ALEGORIAS DEL PRIMER GRADO MASÓNICO Y MISTICA DOCTRINA QUE EN ELLOS SE ENCIERRA, p 17 y ss.

lunes, 1 de noviembre de 2010

MASONERIA POR AMBROSE BIERCE

Del Diccionario del Diablo de Ambrose Bierce, nos llega esta definición de la Masonería que me pareció que correspondía que la compartiera con todos aquellos H.·. que aún no la conocían, puesto que la misma me parece realmente desopilante...
Masonería, s. Orden de ritual secreto, grotescas ceremonias y extravagantes ropas, a la que, tras su fundación por los artesanos de Londres bajo el reinado de Carlos II, han adherido los muertos de los pasados siglos, en incesante retroceso. Actualmente abarca todas las generaciones del hombre, de Adán acá, y está reclutando distinguidos adeptos entre los habitantes precreacionales del Caos y del Vacío. Informe. La orden fue creada en diferentes épocas por Carlomagno, Julio César, Ciro, Salomón, Zoroastro, Confucio, Thotmés y Buda. Sus emblemas y símbolos se han encontrado en las catacumbas de París y Roma, en las piedras del Partenón y la Gran Muralla China, entre los templos de Karnak y Palmira, y en las pirámides egipcias. El descubridor fue siempre un masón.
Sobre Ambrose Bierce (1842 - ¿1914?) reza el prólogo de la edición de este libro que puede encontrarse en el sitio http://www.elaleph.com/ (donde los libros son gratis), que en relación al Lexicógrafo del Demonio que "La posteridad ha descuidado a este clásico de las letras norteamericanas que, en su tiempo, tuvo más renombre que el mismo Poe. Hoy, después de muchos años de sobria fama en su patria y de un par de imperceptibles tentativas de emigración a Francia, donde fue traducido en 1937 y 1947 sin consecuencias memorables, su gloria reverdece. En 1952 Alain Bosquet escribió de él, y al final de una excelsa nómina de divos del humor negro —Swift, Sade, Lichtenberger, Petrus Borel, Poe, Lewis Caroll, Villiers de l'Isle Adam, Lautremont, Huysmans, Jarry...— puso esta frase: “Parece, sin embargo, que se nos ha olvidado agregar en esta lista al más brillante, al más sistemático, al más desconcertante de todos: Ambrose Bierce”. Después, dos nuevas ediciones de sus cuentos traducidos por Jacques Papy —“su Baudelaire” desde hace más de treinta años— otras dos del Diccionario —una con prólogo de Jean Cocteau— y la publicación en “Planète” de algunas de sus fábulas y cuentos, abrieron el camino a su conocimiento en el extranjero. Los antecedentes argentinos más remotos de que tengamos noticia, son una biografía aparecida en “Caras y Caretas” hace cuarenta años, y una entrevista imaginaria publicada en la misma revista en 1937. Tuvieron que pasar otros veintiséis años para que alguien volviera a ocuparse de él, cuando Rodolto Walsh tradujo para “Leoplán” algunos de sus relatos. Este diccionario es por tanto, la primera de sus obras que el público argentino tiene ocasión de leer. El mismo Bierce contó la historia de este libro en un breve prefacio que se reprodujo en la edición de 1935. Los primeros aforismos sulfurosos de que se compone aparecieron en un semanario en 1881, y su publicación continuó en forma esporádica y con largos intervalos hasta 1906. Por entonces gran parte de la obra ya se había editado como libro con el título de Diccionario del cínico, “nombre —dice Bierce— que no tuve el poder de rechazar ni la alegría de aprobar”. Fueron los escrúpulos religiosos de los directores del último periódico en que apareció el trabajo la causa de ese título reprobado por el autor. El éxito provocó un alud de “libros del cínico”, “la mayoría de ellos solamente estúpidos, aunque algunos eran también tontos”. “Entre tanto, agrega Bierce, algunos de los esforzados humoristas del país se habían servido en parte del trabajo en la medida que convenía a sus necesidades, y muchas de sus definiciones, anécdotas y frases se habían hecho más o menos corrientes en el lenguaje popular. Esta explicación se ofrece no por orgullo de prioridad en bagatelas, sino para prevenir posibles cargos de plagio, lo cual no es una bagatela”. El diccionario es la mejor carta de presentación que pudo haberse elegido. Bierce ha reñido genéricamente con el hombre y en este libro expone una por una las causas de su encono. Se muestra en él como un eximio tocador de llagas, y la humanidad se le ofrece desnuda, pletórica de pústulas, a este indefectible señalador de vicios, debilidades y taras. Desde temprano tuvo motivos suficientes para sobrellevar el mundo como un percance indeclinable, y en el transcurso de su vida no le fue difícil dar con más razones para exteriorizar su pesimismo vital, contraído a despecho de la admiración, de los halagos, de la gloria y también de los temores que suscitó en un largo período de su existencia. Es por lo menos improbable que alguien o algo con radicación habitual en este planeta haya escapado a su anotación chirriante. La vida, a través del cristal birciano, aparece entenebrecida por el egoísmo, la mezquindad, la estupidez ilimitada y tantos otros atributos afines que la naturaleza prodigó sin regateos al género humano. Toda la obra de Bierce es el fruto ácido de la desdicha, de una desdicha irreparable para la cual sólo hay dos caminos: la facilidad del alarido o la maceración del sarcasmo. Pero su dolor es demasiado hondo para tratarlo con la irrisoria terapia de la vociferación. “Y es sin duda —anotó Jacques Stenberg— en las filigranas de las fábulas y de las definiciones del diccionario donde el rostro de Ambrose Bierce aparece con más claridad. No es el rostro de un hombre cruel y ebrio de venganza, sino el de un hombre incurablemente desgraciado que bebe del cáliz hasta la hez con una loable dignidad, sin proferir clamores de desesperación distinguida, sin duda porque su desesperación era demasiado profunda como para no trocarse en leve sonrisa, en murmullo, en sarcasmo”. Desde la A hasta la Z, nuestro lexicógrafo flagela con fría delectación los basamentos consagrados de la sociedad humana. En sus mejores momentos, “en el apogeo de su aseo —para emplear la fórmula de otro soberbio amargo— una rata parece habérsele infiltrado en el cerebro para soñar en él”. ¿Cínico? Quizás, pero a su manera. Tomemos en cuenta que para él, cínico es “un granuja que, en virtud de su visión defectuosa, no ve las cosas como debieran ser, sino como son”.
En lo particular, a este escritor -cuentista de primer orden-, le debemos algunos de los mejores relatos macabros de la historia de la literatura: La muerte de Halpin Frayser, La cosa maldita, Un suceso en el puente sobre el río Owl, Un habitante de Carcosa, Un terror sagrado, La ventana tapiada, etc. Bierce es el escritor que gran parte de la crítica sitúa al lado de Poe, Lovecraft y Maupassant en el panteón de ilustres cultivadores del género terrorífico. A través de sus contundentes filigranas se evidenció como maestro absoluto en la recreación de tensas atmósferas desasosegantes en medio de las cuales detona repentinamente un horror «físico», absorbente y feroz.
Volviendo al diccionario, el mismo realmente no tiene desperdicio y puede ser hallado en el siguiente sitio: http://www.librosgratisweb.com/pdf/bierce-ambrose/diccionario-del-diablo.pdf


QUE APROVECHE!!! SANDRITO

jueves, 28 de octubre de 2010

SUMARIO DEL PROCESO CONTRA GIORDANO BRUNO (Roma, 1597)

SUMARIO DEL PROCESO CONTRA GIORDANO BRUNO (Roma, 1597)
Volumen de papel, 320 x 245 mm., 429 folios (numeración antigua, en parte equivocada y sin incluir muchos folios blancos), encuadernado en pergamino; en el dorso: VARIA. Censurae.
ASV, Misc., Arm. X, 205, ff. 230v‑231r.
Fuente: ARCHIVO SECRETO DEL VATICANO


En uno de los volúmenes del fondo «Miscellanea Armadi» (Arm.X, 205), quizá compuesto mediante la recopilación de varios escritos del conocido canonista Francisco Peña, auditor y después decano de la Rota (fallecido en 1612), se encuentra un valioso texto que se buscó y se mantuvo secreto durante mucho tiempo y que finalmente fue encontrado en el fondo Pío IX por el prefecto del Archivo Vaticano, Angelo Mercati, el 15 de noviembre de 1940, tras 15 años de investigaciones sin éxito. Se trata del sumario del proceso contra Giordano Bruno. A Mercati se debe también la publicación del sumario con una amplia y consistente introducción, aparecida en 1942.
Al haberse perdido irremediablemente el volumen o los volúmenes del proceso romano contra Giordano Bruno (1548-1600), que en el pasado se habían conservado en el archivo del Sant’Offizio, el presente texto, que procede de los originales (se citan a menudo, en los márgenes del sumario, las páginas del proceso perdido), se convierte en un testimonio todavía más valioso para el conocimiento del largo y enrevesado proceso inquisitorio al que se sometió al célebre fraile dominico. En el sumario confluyeron, probablemente para uso del consejero del Sant’Offizio de la época, extractos de las obras de Bruno, sus declaraciones (es decir interrogatorios), algunos actos del proceso veneciano afrontado por el célebre predicador en 1592 y otros escritos copiados también del proceso original.
El caso humano de Giordano Bruno se concluyó con el proceso romano (1593-1600) y con la sentencia de herejía reconocida, la cual, al perdurar su extrema y resuelta defensa de su inocencia, se convirtió en la aplicación de la pena capital que se ejecutó en Campo dei Fiori el 17 de febrero de 1600. En una de las últimas declaraciones que precedieron a la sentencia (quizá de abril de 1599), el dominico fue interrogado por los jueces del Sant’Offizio sobre su concepción cosmogónica, propugnada sobre todo en La cena delle ceneri, y en el De l’infinito universo et mondi. Él entonces sostuvo sus teorías y defendió que eran teorías con base científica y en absoluto contrarias a las divinas Escrituras (parte izquierda, a partir de la primera línea:
Circa motum terrae, f. 287, sic dicit:Prima generalmente dico ch’il moo et la cosa del moto della terra e della immobilità del firmamento o cielo sono da me prodotte con le sue raggioni et autorità le quali sono certe, e non pregiudicano all’autorità della divina scrittura [...]. Quanto al sole dico che niente manco nasce e tramonta, né lo vedemo nascere e tramontare, perché la terra se gira circa il proprio centro, che s’intenda nascere e tramontare [... ]).
En esas mismas salas en que se interrogaba a Giordano Bruno, por estos mismos cruciales problemas de la relación entre la ciencia y la fe en los albores de la naciente astronomía y en el crepúsculo de la filosofía aristotélica, dieciséis años después habría sido convocado por el cardenal Bellarmino, que ahora contestaba a Bruno las tesis heréticas, Galileo Galilei, que también fue sometido a un célebre proceso inquisitorio que por suerte, al menos en su caso, se concluyó con una simple abjuración.

viernes, 22 de octubre de 2010

TRES PUNTOS QUE CONVERGEN: FRIEDRICH NIETZSCHE

El espíritu libre (24)
"O sancta simplicitas! [¡Oh santa simplicidad!] ¡Dentro de qué simplificación y falseamiento tan extraños vive el hom­bre! ¡Imposible resulta dejar de maravillarse una vez que hemos acomodado nuestros ojos para ver tal prodigio! ¡Có­mo hemos vuelto luminoso y libre y fácil y simple todo lo que nos rodea!, ¡cómo hemos sabido dar a nuestros sentidos un pase libre para todo lo superficial, y a nuestro pensar, un divino deseo de saltos y paralogismos traviesos!, - ¡cómo hemos sabido desde el principio mantener nuestra ignoran­cia, a fin de disfrutar una libertad, una despreocupación, una imprevisión, una intrepidez, una jovialidad apenas comprensibles de la vida, a fin de disfrutar la vida! A la cien­cia, hasta ahora, le ha sido lícito levantarse únicamente sobre este fundamento de ignorancia, que ahora ya es firme y gra­nítico; a la voluntad de saber sólo le ha sido lícito levantarse sobre el fundamento de una voluntad mucho más fuerte, ¡la voluntad de no-saber, de incertidumbre, de no-verdad! No como su antítesis, sino - ¡como su refinamiento! Aunque el lenguaje, aquí como en otras partes, sea incapaz de ir más allá de su propia torpeza y continúe hablando de antítesis allí donde únicamente existen grados y una compleja sutile­za de gradaciones; aunque, asimismo, la inveterada tartufe­ría de la moral, que ahora forma parte, de modo insupera­ble, de nuestra «carne y sangre», distorsione las palabras en la boca de nosotros mismos los que sabemos: sin embar­go, acá y allá nos damos cuenta y nos reímos del hecho de que la mejor ciencia sea precisamente la que más quiere re­tenernos dentro de este mundo simplificado, completamente artificial, fingido, falseado, porque ella ama, queriéndolo sin quererlo, el error, porque ella, la viviente, - ¡ama la vida!"
Sentencias e interludios (63).
"Quien es radicalmente maestro no toma ninguna cosa en se­rio más que en relación a sus discípulos, - ni siquiera a sí mismo".
Nuestras virtudes (231).

"El aprender nos transforma, hace lo que hace todo alimento, el cual no se limita tampoco a «mantener»-: como sabe el fi­siólogo. Pero en el fondo de nosotros, totalmente «allá aba­jo», hay en verdad algo rebelde a todo aleccionamiento, una roca granítica de fatum [hado] espiritual, de decisión y res­puesta predeterminadas a preguntas predeterminadas y ele­gidas. En todo problema radical habla un inmodificable «esto soy yo»; acerca del varón y de la mujer, por ejemplo, un pensador no puede aprender nada nuevo, sino sólo apren­der hasta el final, - sólo descubrir hasta el final lo que acerca de esto «está fijo». Muy pronto encontramos ciertas solucio­nes de problemas que constituyen cabalmente para nosotros una fe sólida; quizá las llamemos en lo sucesivo nuestras «convicciones». Más tarde - vemos en ellas únicamente hue­llas que nos conducen al conocimiento de nosotros mismos, indicadores que nos señalan el problema que nosotros so­mos, - o más exactamente, la gran estupidez que noso­tros somos, nuestro fatum [hado] espiritual, aquel algo re­belde a todo aleccionamiento que está totalmente «allá abajo». - Teniendo en cuenta estas abundantes delicadezas que acabo de tener conmigo mismo, acaso me estará per­mitido enunciar algunas verdades acerca de la «mujer en sí»: suponiendo que se sepa de antemano, a partir de ahora, hasta qué punto son cabalmente nada más que - mis verda­des. –".

(Friedrich Nietzsche, Más allá del bien y del mal)

TEOREMA: IMMANUEL KANT

TEOREMA: La mera conciencia, pero empíricamente determinada, de mi propia existencia, demuestra la existencia de los objetos en el espacio fuera de mí.
Prueba:
“Tengo conciencia de mi existencia, como determinada en el tiempo. Toda determinación de tiempo supone algo permanente en la percepción. Ese algo permanente, empero, no puede ser algo en mí, porque precisamente mi existencia en el tiempo sólo puede ser determinada por ese algo permanente. Así pues la percepción de ese permanente es posible sólo por una cosa fuera de mí y no por la mera representación de una cosa fuera de mí. Por consiguiente la determinación de mi existencia en el tiempo es sólo posible por la existencia de cosas reales, que yo percibo fuera de mí.
Ahora bien, la conciencia en el tiempo está necesariamente unida a la conciencia de la posibilidad de esa determinación de tiempo; así pues, está también necesariamente unida con la existencia de las cosas fuera de mí, como condición de la determinación de tiempo; es decir, que la conciencia de mi propia existencia es al mismo tiempo una conciencia inmediata de la existencia de otras cosas fuera de mí.”.


(Crítica de la razón pura Immanuel Kant p.n 121/122)

lunes, 18 de octubre de 2010

VERDAD Y PERSPECTIVA: JOSE ORTEGA Y GASSET

“…La realidad, precisamente por serlo y hallarse fuera de nuestras mentes individuales, sólo puede llegar a éstas multiplicándose en mil caras o haces.
Desde este Escorial, rigoroso imperio de la piedra y la geometría donde he asentado mi alma, veo en primer término el curvo brazo ciclópeo que extiende hacia Madrid la sierra del Guadarrama. El hombre de Segovia, desde su tierra roja, divisa la vertiente opuesta.
¿Tendría sentido que disputásemos los dos sobre cuál de ambas visiones es la verdadera? Ambas lo son ciertamente, y ciertamente por ser distintas. Si la sierra materna fuera una ficción o una abstracción o una alucinación, podrían coincidir la pupila de espectador segoviano y la mía. Pero la realidad no puede ser mirada sino desde el punto de vista que cada cual ocupa, fatalmente, en el universo. Aquélla y éste son correlativos, y como no se puede inventar la realidad, tampoco puede fingirse el punto de vista.
La verdad, lo real, el universo, la vida –como queráis llamarlo– se quiebran en facetas innumerables, en vertientes sin cuento, cada una de las cuales da hacia un individuo. Si éste ha sabido ser fiel a su punto de vista, si ha resistido a la eterna seducción de cambiar su retina por otra imaginaria, lo que ve será un aspecto real del mundo.
Y viceversa: cada hombre tiene una misión de verdad. Donde está mi pupila, no está otra; lo que de la realidad ve mi pupila no lo ve otra. Somos insustituibles, somos necesarios. “Solo entre todos los hombres llega a ser vivido lo humano” –dice Goethe. Dentro de la humanidad cada raza, dentro de cada raza cada individuo es un órgano de percepción distinto de todos los demás y como un tentáculo que llega a trozos de universo para los otros inasequibles…”
(José Ortega y Gasset, El Espectador, Salvat Editores, p.21)

Imagen extraída del sitio: http://4.bp.blogspot.com/_NB5BfLiUK_Q/SeDvIEzJFqI/AAAAAAAAAAs/9ey_pn83A3I/S269/OJO+DE+HORUS.gif

jueves, 14 de octubre de 2010

Algunas consideraciones sobre el simbolismo, según Jorgue Sanguinetti

“…En el cuadro de primer grado se acumulan los emblemas como formando un mandala, es decir, un objeto de contemplación cuyos elementos están reunidos y relacionados entre sí por una proximidad, de modo que sus implicancias simbólicas se complementan unas con otras, y son asimiladas en la meditación que los integra en una misma visión. El masón intuye en ellos la razón de ser del Mundo y de la Humanidad, de la propia existencia individual, son un conjunto emblemático de la inmensa realidad del Ser y de todos los seres vivos compartiendo sus existencias, en el Todo Uno y Todo en todas las cosas. Los símbolos son a la izquierda y de arriba abajo; Sol, Teorema de Pitágoras, Escuadra, Nivel y Plomada. En el centro: Escala de Jacob con las letras de Fe, Esperanza y Carida (Faith, Hope, Charity), el Volumen de la Ley Sagrada (la Biblia) coronada por una Escuadra y un Compás, y el símbolo del Sol entre los equinoccios. Sigue la letra “G”, rodeada de rayos y de cuatro dimensiones, las Tres Columnas o Luces Menores y el Pavimento de Mosaico. A la derecha un grupo de Bruta o Tosca, y una Piedra Cúbica con el “Lobo” o agarradera especial para transportarla” (Jorge E. Sanguinetti, Espiritualidad y Masonería, El simbolismo en el grado de aprendiz, p. 120/121).


Obras recomendadas si las hay... Sandrito.

miércoles, 8 de septiembre de 2010

PINOCHO: LA CREACION DE UN MAESTRO MASÓN

“Le avventure de Pinocho” (puesto que este fue su título original), fue publicado en la unificada Italia de 1882, por Carlo Collodi. Y como muchos otros M.·. lo han destacado antes, el mismo encierra grandes enseñanzas Mas.·. y veamos sencillamente algunas de ellas:

Gepetto –Mestro de Oficio Carpintero– había pasado toda su vida deseando un hijo, deseando prolongarse en la vida. Al ver brillar en el cielo la “Estrella Azul” pidió de corazón que su deseo humildemente le fuera concedido.
–Decimos "humildemente", porque evidentemente la idea de la “Estrella Azul” nos refiere la existencia de una entidad situada en un nivel superlativo –
Así las cosas, esa misma noche, mientras Gepetto dormía, hace su aparición la mentada "Hada Azul", quien otorga vida a un pedazo de madera con forma de muñeco, no sin antes advertirle al “objeto devenido luego en animado”, que debía portarse bien para llegar a ser un niño de verdad.
El muñeco vuelto ahora "ser", era fundamentalmente amoral, tonto y porque no, algo estúpido, vale decir, carecía de consciencia adulta.
En pos de no dejar abandonada a la pobre entidad de madera, a su propia idiotez, el Hada, con justicia nombró a “Pepe Grillo” (un grillo) para que le aconsejase sobre su comportamiento, vale decir: una conciencia. (Algo, siempre mejor que nada)
–Disney supo esconder en su celebrada versión cinematográfica que en la obra original, el muñeco de madera, en una secuencia, se molesta con su compañero grillo y lo aplasta de un manotazo, pero netamente, en función de hacer más adorable al personaje central de la historia–
Ahora, pasemos concretamente a algunos simbolismos masónicos.
Como decíamos arriba, Gepetto era un Maestro carpintero y como muchos autores masónicos ya lo han dicho, elaboró con madera (la materia prima) una obra de arte.
Decimos entonces que el Maestro colabora en dar vida a una entidad, utilizando “buena madera”.
En un sentido estrictamente alegórico, la madera, es un compuestos bio-genésico (integrante del grupo C.H.O.N.: Carbono, Hidrogeno, Oxigeno y Nitrógeno), y esto es, química y orgánicamente hablando, un compuesto generador de vida, de allí lo de bio-genésico.
Los Mas.·. hablamos siempre de pulir piedras para la construcción ideal de nuestros templos, pero debemos reconocer que un sentido alegórico, la madera pertenece a un reino superior al mineral. (aunque bien nos sirve en nuestro aprendizaje mas.·. la imagen de los metales...)
Bueno, así las cosas, la entidad “Pinocho” desconocía senderos de virtud y liberación, de alguna manera, moraba simbólicamente en las sombras del mundo profano.
Esclavo de sus pasiones, sus mentiras lo van alejando cada vez más de ese sendero y se “metamorfosea” en una figura grotesca y hasta de apariencia bufonesca.
Un ser de baja relea, preso como nadie de las ataduras terrenales propias de la materialidad.
Atado entonces a las sempiternas leyes del Karma, pagando con sufrimiento por sus malos actos y por sus malas acciones.
Destinado a repetir la rueda eterna de la mala vida, llega al extremo de ser tragado por una ballena, y en esa instancia, el estomago viene siendo la mejor representación de una cámara de reflexiones, si se me permite: “bestial”, simbolizando el más bajo descenso posible de una entidad mortal. (Cualquier parecido con Jonás, en el vientre de otra ballena, evidentemente es más que mera coincidencia)
Y por último, la muerte simbólica de la entidad y producto de la reflexión sincera, el mentado “vitriol” y la constante búsqueda de encontrarse consigo mismo, todo ello, que redundará luego en el renacer en un estadio superior.
EL pobre Pinocho es expulsado de la ballena y logra ver entonces la luz del astro sol.
Bañado por las aguas del mar se purifica, aunque no logra sobrevivir a la furia de este elemento desatado y finalmente se ahoga.
La muerte en este relato, simboliza la muerte del individuo profano que es iniciado.
Las lagrimas del Maestro Mas.·. son recompensadas por el "Hada Azul" como premio a la evolución del ser que es en realidad hombre, devolviéndole la vida y otorgándole la posibilidad de vivir nuevamente la vida, pero como un niño de verdad.
Eso si, lo que nunca pude entender es porque "en el cuento de pinocho todos cuentan hasta ocho"... ¿no tendrían que contar por lo menos hasta siete?

martes, 24 de agosto de 2010

LOS ILLUMINATI

Adam Weishaupt (1748-1811), fue el fundador de los illuminati y al parecer habría creado esta sociedad con la idea de derrotar a los gobiernos y reinos del mundo además de erradicar a todas las religiones y creencias para regir a las naciones bajo un Nuevo Orden Mundial, basado en un sistema internacionalista.
-Nada más y nada menos-
Los illuminati vendrían a establecer una moneda única y una religión universal, donde según sus creencias, cada persona lograría la perfección.
Pero sin embargo, como muchos han destacado, los propósitos finales de esta sociedad, eran solamente conocidos por Weishaupt y sus más íntimos seguidores.
Algunos autores como Nesta Webster, describen así las seis metas a largo plazo de los illuminati:
Abolición de la monarquía y de todo gobierno organizado según el Antiguo Régimen.
Supresión de la propiedad privada de los medios de producción para individuos y sociedades, con la consecuente abolición de clases sociales.
Abolición de los derechos de herencia en cualquier caso.
Destrucción del concepto de patriotismo y nacionalismo y sustitución por un gobierno mundial y control internacional.
Abolición del concepto de la familia tradicional y clásica.
Prohibición de cualquier tipo de religión (sobre todo la destrucción de la Iglesia Católica Apostólica Romana) estableciendo un ateísmo oficial.
La Orden de los Iluminados de Baviera fue fundada en la noche del 30 de abril al 1 de mayo de 1776 (víspera de la famosa noche de Walpurgis), en un bosque cerca de Ingolstadt (Baviera), al sur de Alemania, donde un pequeño grupo de jóvenes establecieron y juraron cumplir los propósitos de la sociedad. Entre las personas que se encontraban esa noche solo se sabe la identidad de tres: Adam Weishaupt, Max Merz y Anton von Massenhausen. El hecho de que no se sepa quiénes estuvieron presentes esa noche ha sido el causante de especulaciones con respecto al número de personas que crearon la orden, algunas dicen que fueron solo cuatro y otros argumentan que trece.
Tras la fundación, Adam Weishaupt (conocido entre los iniciados con el nombre simbólico y autoproclamado de "Spartacus") atrajo a sus primeros adeptos; un estudiante de Múnich llamado Franz Xavier von Zwack y un barón protestante de Hannover llamado Adolph von Knigge (Frater Philón), quien ya estaba iniciado en la masonería y que posteriormente desarrolló el Rito de Los Iluminados de Baviera, junto a Weishaupt a quien introdujo dentro de la logia de Munich: Teodoro del Buen Consejo.
Los Illuminati rápidamente se extendieron por Alemania, Austria, Hungría, Suiza, Francia, Italia y otros puntos de Europa, afiliando a personalidades de la talla de Herder (Damasus), Goethe (Abaris), Cagliostro, el Conde de Mirabeau (Leónidas) y el legendario alquimista Conde de Saint Germain, entre otros. Algunos nobles como los duques de Saxe-Weimar y el de Saxe-Gotha, los príncipes Ferdinando de Brunswick y Karl de Hesse, el conde de Stolberg y el barón de Karl Theodor von Dalberg, también figuraron dentro de la iniciación iluminada.
En otras palabras las mejores cabezas de las finanzas, la industria, la educación y la literatura.
Animado por su éxito al lograr reclutar un gran número de adeptos, Adam Weishaupt tomó la determinación de afiliarse a la masonería por medio de Von Knigge, y ordenó la infiltración y el dominio de la misma.
El 16 de julio de 1782, en una reunión de la masonería continental que tuvo lugar en el convento de Wilhelmsbad, los Illuminati intentaron unificar y controlar bajo su autoridad todas las ramas de la masonería. Aunque ya habían logrado infiltrarse en las logias de toda Europa, la Gran Logia de Inglaterra, el Gran Oriente de Francia y los iluminados teósofos de Swedenborg decidieron no apoyar los planes de Weishaupt, momento en que se percataron de las intenciones de este grupo y el conflicto entre sus principios y los de la Masonería, por lo que en ese momento se decidió por parte de la Institución Masónica mantener una oposición directa contra los Illuminati. Debido al fracaso de este movimiento, Von Knigge renunció pensando que ya no tenía sentido seguir con los planes y se retiró a Bremen donde pasó sus últimos años. Mientras tanto Weishaupt recibía las ofensivas de los masones de Inglaterra y de los martinistas a quienes denunció en sus escritos, argumentando que La Gran Logia de Londres se creó a sí misma en 1717 por clérigos protestantes que no estaban iniciados en la masonería, es decir, que fue fundada por profanos sin constancias ni documentos válidos.
En total, el llamado Rito de los iluminados de Baviera contaba con trece grados de iniciación. A saber:
1) Preparatorio;
2) Novicio;
3) Minerval;
4) Iluminado menor;
5) Aprendiz;
6) Compañero;
7) Maestro;
8) Iluminado mayor;
9) Iluminado dirigente;
10) Sacerdote;
11) Regente;
12) Mago;
13) Rey.
Si un miembro llegaba al grado de sacerdote podía asumir los poderes del Estado y debía actuar en consecuencia.
¿OCASO?
Karl Theodor, Príncipe-Elector, conde paladín y duque de Baviera, aprobó el edicto que llevó a los Illuminati a su disolución, en función de la supuesta peligrosidad de los mismos para la Iglesia católica y las monarquías debido a sus objetivos ideologicos, y aprobó un edicto contra éstos, la masonería, y en general cualquier sociedad no autorizada por la ley (Englobando a las dos instituciones como si tuvisen una naturaleza común, a pesar del importante conflicto que ya existía en ese momento entre los Iluminati y los Masones).
Weishaupt fue destituido de su cátedra marchando al exilio de Ratisbona para dirigir la Orden desde el extranjero bajo la protección del duque de Saxe. En 1785, el edicto se confirmó y así se dio comienzo a las persecuciones y arrestos de los miembros de la sociedad.
Los planes más secretos de los Illuminati fueron revelados por casualidad la noche del 10 de julio de 1784, cuando un mensajero de Weishaupt identificado como el abad Lanz, murió inesperadamente a causa de un rayo. Su cadáver fue llevado a la capilla de San Emmeran por habitantes de la zona y ahí entre sus hábitos se encontraron los importantes documentos que trataban sobre los planes secretos de la conquista mundial.(¿?)
La policía de Baviera indagó los detalles de la conspiración, dando a conocer al emperador Francisco I del Sacro Imperio Romano Germánico, el complot tramado contra todas las monarquías, en especial la de Francia, en donde más tarde, en 1789, se gestaría la llamada Revolución francesa y la caída de Luis XVI y María Antonieta, sus últimos monarcas.
Los documentos fueron publicados por el gobierno bávaro, alertando así a la nobleza y el clero de Europa, sin embargo, poco después se convencieron de que la conspiración había sido destruida debido a la disolución oficial de los Illuminati, junto con el destierro de Weishaupt y la detención de numerosos adeptos.

lunes, 23 de agosto de 2010

MEDITACIONES METAFISICAS (fragmento): René Descartes

"Pensaré que el cielo, el aire, la tierra, los colores, las figuras, los sonidos y las demás cosas exteriores, no son sino ilusiones y ensueños, de los que él se sirve para atrapar mi credulidad. Me consideraré a mí mismo como sin manos, sin ojos, sin carne, ni sangre, sin sentido alguno, y creyendo falsamente que tengo todo eso. Permaneceré obstinadamente fijo en ese pensamiento, y, si, por dicho medio, no me es posible llegar al conocimiento de alguna verdad, al menos está en mi mano suspender el juicio. Por ello, tendré sumo cuidado en no dar crédito a ninguna falsedad, y dispondré tan bien mi espíritu contra las malas artes de ese gran engañador que, por muy poderoso y astuto que sea, nunca podrá imponerme nada. Pero un designio tal es arduo y penoso, y cierta desidia me arrastra insensiblemente hacia mi manera ordinaria de vivir; y, como un esclavo que goza en sueños de una libertad imaginaria, en cuanto empieza a sospechar que su libertad no es sino un sueño, teme despertar y conspira con esas gratas ilusiones para gozar más largamente de su engaño, así yo recaigo insensiblemente en mis antiguas opiniones, y temo salir de mi modorra, por miedo a que las trabajosas vigilias que habrían de suceder a la tranquilidad de mi reposo, en vez de procurarme alguna luz para conocer la verdad, no sean bastantes a iluminar por entero las tinieblas de las dificultades que acabo de promover. "
Imagen extraida del sitio:

LOS GENEROS DE LA RETORICA: FRANCISCO EDUARDO TRUSSO

Extraído del libro "Derecho Histórico Argentino" Introducción al Estudio del Derecho por el método Histórico, de Francisco Eduardo Trusso, Editado por la Cooperadora de Derecho y Ciencias Sociales en Buenos Aires en 1975.

jueves, 19 de agosto de 2010

MAS.·. EN EL O.·. ETERNO: H.·. Casto Méndez Núñez

Casto Méndez Núñez (héroe de guerra) nació en Vigo el 1º de Julio de 1824 y pasó al Oriente Eterno en Pontevedra, el 21 de agosto de 1869.
Fue destacado marino y militar y, llegó al rango de contralmirante de la Real ARmada Española.
Tuvo destacada participación en las batallas de Mindanao, donde fue ascendido a capitán de navío, así como en El Callao y en Valparaíso, en donde hizo célebre su frase “La reina, el gobierno, el país y yo preferimos tener honra sin barcos que barcos sin honra”. Por su actuación en esta batalla se le nombró Jefe de Escuadra.
Miembro activo de la masonería, participó en la fundación de la logia "Primera Luz de Filipinas", vinculada al Gran Oriente de Lusitania y en 1892, en España levantó columnas la logia que primero llevaría su nombre, designada con el número Nº 161, hasta 1923 cuando dicho nombre fue cambiado por el de Renovación Nº 161.
H.·. Casto Méndez Núñez: desde este humilde rincón te recordamos y ansiamos poder imitar tu arrojo y valor, en aquellos momentos en que la oscuridad se cierne sobre el mundo profano en donde nos toca transitar - SANDRO

viernes, 4 de junio de 2010

Los dos reyes y los dos laberintos: J.L.B.


Cuentan los hombres dignos de fe (pero Alá sabe más) que en los primeros días hubo un rey de las islas de Babilonia que congregó a sus arquitectos y magos y les mandó a construir un laberinto tan perplejo y sutil que los varones más prudentes no se aventuraban a entrar, y los que entraban se perdían. Esa obra era un escándalo, porque la confusión y la maravilla son operaciones propias de Dios y no de los hombres. Con el andar del tiempo vino a su corte un rey de los árabes, y el rey de Babilonia (para hacer burla de la simplicidad de su huésped) lo hizo penetrar en el laberinto, donde vagó afrentado y confundido hasta la declinación de la tarde. Entonces imploró socorro divino y dio con la puerta. Sus labios no profirieron queja ninguna, pero le dijo al rey de Babilonia que él en Arabia tenía otro laberinto y que, si Dios era servido, se lo daría a conocer algún día. Luego regresó a Arabia, juntó sus capitanes y sus alcaides y estragó los reinos de Babilonia con tan venturosa fortuna que derribo sus castillos, rompió sus gentes e hizo cautivo al mismo rey. Lo amarró encima de un camello veloz y lo llevó al desierto. Cabalgaron tres días, y le dijo: "Oh, rey del tiempo y substancia y cifra del siglo!, en Babilonia me quisiste perder en un laberinto de bronce con muchas escaleras, puertas y muros; ahora el Poderoso ha tenido a bien que te muestre el mío, donde no hay escaleras que subir, ni puertas que forzar, ni fatigosas galerías que recorrer, ni muros que veden el paso." Luego le desató las ligaduras y lo abandonó en la mitad del desierto, donde murió de hambre y de sed. La gloria sea con aquel que no muere.


FIN

martes, 1 de junio de 2010

PATRIOTAS MASONES: MORENO

Según Vicente López y Planes, otro notable hermano masón, definió al ilustre hermano Mariano Moreno, como un hombre de ¨días febriles y de noches de pesadillas¨. Creo que ha sido la mejor descripción, para uno de los actores mas importante que ha tenido la Revolución de Mayo de 1810. Es sabido, que el hermano Mariano Moreno, fue uno de las mentes más brillantes e inquieta, que forjaron los ideales nuestra independencia.
Destacado pensador, pero por sobre todas las cosas, un hombre de acción plena, en donde procuro que la naciente Revolución de Mayo, estuviera sustentada en la educación pública, ya que de esa manera, procuraba generar un antídoto contra la peligrosa corriente que tendía militarizar al país. Enfundado en los valores libertarios e independentista, que en esos aciagos días recorrían el mundo entero, las Revolución Francesa y la Independencia de los Estados Unidos de América. Ambos acontecimientos bajo la impronta de hombres imbuidos en los ideales de la Masonería.
Al examinar la constitución de la Primera Junta de Mayo, no es azaroso ver que siete de sus ochos integrantes eran masones. Pero creer que la Revolución de Mayo nación por generación espontanea, es un craso error. Fue producto de una serie de hombres, iniciados en los ideales progresistas, liberales, racionalistas, hombres bajo la influencia del Iluminismo.
Uno de los hombres más destacado, tanto por su labor política como por su accionar diario en la mejora de los asuntos públicos. Se preocupo por cuestiones tan disimiles como el comercio, la procuración de bienes materiales como así también, la higiene publica o la instrucción pública, al crear la Biblioteca Pública, la Biblioteca de Buenos Aires.
Con respecto a la higiene y salud pública, se preocupo por la propagación de vacunas, instauración de rondas policiales para la conservación del orden público, entre las tantas medidas que se han destacado del accionar del hermano Mariano Moreno.
He te aquí, mi elección de la figura emblemática del Dr. Mariano Moreno.

A.·.M.·.

PATRIOTAS MASONES: MIRANDA


El arco del triunfo para los antiguos representaba una gran victoria militar. Receptando tan noble costumbre, el mismo Napoleón supo construir el suyo en Paris en donde el nombre de un H.·. M.·. de vida legendaria brillará por siempre.
Sebastián Francisco de Miranda Rodríguez, porque así fue llamado, nació en Caracasun 28 de marzo de 1750.
Guerrero de mil batallas, peleó en Africa, en Európa y en América y también supo combatir en el campo de las ideas.
Soño con una America española libre de toda dominación, soño con una patria grande y quiso el G.·.A.·.D.·.U.·. que sus sueños no fueran en vano.
De él Napoleón dijo: “es un quijote que no esta loco; tiene fuego sagrado en el alma”, sedujo al mundo entero con su cultura, su elegancia y sus convicciones. Supo rendir a sus ideas a las personalidades más rutilentes de toda una época.
En el terreno masónico, este hijo de la viuda, inspiró la fundación de la benemérita Logia "Lautaro", que funcionaba en Cádiz, España, donde se iniciaron Simón Bolívar, José de San Martín, Bernardo O'Higgins y muchos de los más notables próceres de la independencia suramericana.
Cuenta la leyenda que se inició en 1783, en una logia de Filadelfia, muy frecuentada por el famoso general francés Mario José Lafayette, quien aparentemente habría sido su padrino de iniciación[1].
Fundó en Londres a fines de 1798 la logia "Gran Reunión Americana.
Fue el autor intelectual de la fundación de la Logia "Lautaro", en Cádiz, España, en 1880.
Brotaron de su ser ideas renovadoras que luego se multiplicaron en nuestra América Latina. Para muchos el arquitecto de la revolución americana.
Mucho tiempo después han dudado de su pertenencia a nuestra augusta orden, aunque tal afirmación choca y riñe con el sentido común.
Un Mas.·. comprometido con la lucha por lograr la libertad, la igualdad y la fraternidad, contagió con sus ideales a muchos otros hombres en pos de un ideal libertador.
Todos de la mano de Francisco de Miranda, abrazaron y juraron con devoción y entusiasmo patriótico, cumplir con los preceptos, que promulga la Masonería: la Libertad, la Igualdad y la Fraternidad, para luego partir, cada uno a su patria, a emprender sus respectivas gestas que culminaron con la liberación e independencia de toda la América.
De no haber sido porque Miranda sembró en los corazones de todos estos jóvenes la semilla de libertad y los preceptos de la augusta orden, difícilmente se hubiese podido realizar una empresa libertaria de esa magnitud.
Pasó a Oriente Eterno en San Fernado, Cádiz, un 14 de julio de 1816. Sus restos se perdieron en un osario común. Pero su nombre pasó a la inmortalidad, como el Precursor de la Independencia y el Padre de la Masonería Latinoamericana.

A.·.M.·.

[1] Investigaciones posteriores a la publicación de los dos volúmenes de Américo Carniccelli, arrojan bastantes evidencias sobre los contactos de Miranda con Lafayette, que culminaron en su iniciación en una logia de Filadelfia, en 1783.Un historiador británico, llegó a la conclusión de que Miranda se inició en Filadelfia, Estados Unidos, en 1783; recibió el grado de compañero en Londres, en 1785; y el grado de Maestro, en París, en 1797. Esa cronología parece la más ajustada a la verdad, ya que guarda relación con el periplo del Precursor por esos países.

UNA APROXIMACIÓN AL SEGURO EN EL RIO DE LA PLATA: Eduardo Arturo Crocco

Material extraído de IUSHISTORIA Revista Electrónica Nº 3 – Septiembre de 2006, Buenos Aires, Argentina www.salvador.edu.ar/juri/reih/index.htm, UNIVERSIDAD DEL SALVADOR Facultad de Ciencias Jurídicas Facultad de Filosofía, Historia y Letras.

UNA APROXIMACIÓN AL SEGURO EN EL RIO DE LA PLATA (1700-1859) por EDUARDO ARTURO CROCCO


I. INTRODUCCIÓN
Previo a introducirse en el tema puntual a tratar, corresponde efectuar una breve síntesis del desarrollo del seguro a nivel internacional, fundamentalmente en su cuna europea.
Si bien se discute sobre su existencia a través de distintas instituciones que se fueron desarrollando en la antigüedad, como por ejemplo lo establecido en las Leyes de Rhodas (Siglo IX A.C.) en cuanto a la contribución estipulada en la avería gruesa en las expediciones marítimas, lo concreto es que no se puede establecer con precisión el lugar y el origen de su nacimiento, pero sí que el mismo tuvo su inicio desde muy antiguo y lentamente, hecho este último debido a la propia naturaleza del seguro en cuanto a que sólo florece en tiempos extensos de paz y prosperidad económica.
Con el transcurso del tiempo fueron apareciendo dentro del seno de la sociedad distintos fenómenos asociativos tendiente a cubrir los riesgos por comunidades, como las guildas anglosajonas, la colonia italiana, comunidades sociales o de la iglesia, que si bien no tenían en su constitución originaria una estructura comercial, tenían su origen de unión en comunidad para afrontar distintos riesgos que podían recaer sobre sus integrantes.
Pero el desarrollo fundamental e indiscutible se efectúa a través del comercio marítimo, en primer lugar entre los pueblos del mediterráneo para luego ir extendiéndose universalmente, inclusive hasta llegar mediante ese tipo de riesgo al continente americano.
El contrato de seguros en sus inicios se fue instrumentando como un contrato de préstamo, el cual al haber recibido posteriormente la prohibición canónica (Decreto promulgado en el año 1234 por el Papa Gregorio IX), por cuanto resultaba repugnante a la moral e ideas imperantes en ese momento, se terminó instrumentando como un contrato de compraventa en el cual el asegurador compraba la mercadería para el caso de que la misma no arribara a puerto.
Más tarde, en el siglo XIV, aparece en la península itálica la póliza o contrato de seguros donde la compraventa se efectúa sobre el riesgo en lugar de hacerlo sobre la mercadería, hasta que finalmente se lo termina considerando jurídicamente como un contrato innominado, adquiriendo el contrato autonomía y dando así nacimiento del contrato que en la actualidad conocemos con su correspondiente estructura, es decir asegurador, asegurado, póliza, riesgo, prima e interés (MORANDI, Juan Carlos Felix, Estudios De Derecho de Seguros, Buenos Aires, Pannedille, 1971, pp. 40 y ss.).
Obviamente, estos elementos aparecieron en forma primitiva como ser que el asegurador en principio era una persona o varias personas que en forma personal asumían la contratación y no una empresa, pero con el tiempo todos los elementos se fueron perfilando hasta alcanzar su desarrollo vigente actual.
Por otra parte, si bien como se manifestara se puede sostener que no existe prueba cierta del lugar y fecha del nacimiento del seguro, si existe un hecho claro y contundente en cuanto a que la denominación del contrato de seguro Pólizza es una palabra de origen italiano, por lo que indudablemente ha nacido en el lugar donde se le dio el nombre con el cual internacionalmente se lo reconoce (El seguro. Su rigen y evolución- El Comercio Compañía de Seguros a Prima Fija –1889-1939, Buenos Aires, Edición propia, 1939, p. 40).
En apoyo a lo sustentado, se debe tener en cuenta que en la ciudad de Florencia se encuentran documentados a través de un libro de una empresa comercial y de un pergamino, la existencia de la celebración de contratos de seguros en el siglo XIV, más precisamente en el último de los casos citados el 22 de abril de 1329 (El seguro. Su origen y evolución… (2), p. 42).
En la edad media el seguro continuó su evolución y así encontramos el dictado de las Leyes de Wisbuy (Antiguo puerto de la Isla de Gothlandia sobre el Mar Báltico) cuya hegemonía política y económica posibilitó que sus leyes se aplicaran desde Rusia hasta el Estrecho de Gibraltar, contando las mismas con numerosas disposiciones aplicables a los seguros.
A finales del siglo XV, aparece en Rouen, Francia el Guidon de la Mer, presuntamente como consecuencia de haber establecido el Rey Enrique II un tribunal encargado de juzgar los asuntos comerciales incluyendo a los seguros.
Posteriormente encontramos la ordenanza de Felipe II de España, aparecida en Cleirac en 1593, hasta llegar finalmente a la ordenanza Marítima de 1681 de Luis XIV en Francia, bajo la influencia de su Ministro Colbert, que es la más completa legislación en lo concerniente al derecho marítimo y a los seguros con relación a su particular riesgo, a punto tal que fue la base del dictado del posterior Código de Comercio de Francia de 1808.
Para terminar esta sintética introducción, cabe mencionar que el conocido Lloyd de Londres a pesar de su gran desarrollo y prestigio alcanzado con el correr de los años, fundamentalmente en la parte marítima, a pesar de lo que muchos sostienen y creen en cuanto a su origen, tuvo su inicio recién en el año 1652, es decir muy a posteriori que en numerosos lugares de Europa, si bien corresponde aclarar que no es una compañía de seguros, sino una agrupación de aseguradores. En cambio, fueron precursores de los seguros de incendio, quizás impulsados por el incendio de 1609 en Londres, habiendo dado origen al nacimiento de aseguradoras especializadas que terminaron siendo los fundadores del primer cuerpo especializado de bomberos, “Fire Brigade”, la que perduró hasta el año 1866 en que fue tomada a su cargo por la Dirección Metropolitana de obras Públicas de Londres (WEDOVOY, Enrique, La evolución económica rioplatense a fines del siglo XVIII y principios del siglo XIX a la luz de la historia del seguro, La Plata, UNLP, 1966, p. 25).

II. EL SEGURO Y EL MONOPOLIO DEL COMERCIO CON LAS COLONIAS POR ESPAÑA
En España, en un bando publicado en 1436 por el magistrado municipal de la ciudad de Barcelona encontramos las más antiguas ordenanzas de seguros marítimas (El seguro. Su origen y evolución... (2), pp. 51 y 52, se efectúa una trascripción completa de las mismas), a las que le siguieron las reformas de 1458, 1461 y 1484. Asimismo, corresponde destacar por su importancia las ordenanzas formadas por el prior y cónsules de la Universidad de Mercaderes de Burgos en el año 1537 y las de la Universidad de Sevilla, principalmente con respecto estas últimas las concernientes a las Indias Occidentales de 1555. Del análisis del contenido de todas ellas se pueda afirmar que la institución del seguro marítimo se encontraba por aquel entonces perfectamente desarrollada, con todos sus derechos y obligaciones de partes establecidas, si bien aún faltaba generarse la empresa de seguros como sociedad comercial.
Así por ejemplo, en la ordenanza de la ciudad de Barcelona de 1435 (WEDOVOY, Enrique; La evolución económica… (4), p. 105), que luego fuera recopilada, encontramos una limitación para el aseguramiento de los riesgos marítimos estableciéndolos en las tres cuartas partes de su valor. Hoy en día si contratamos una póliza de casco curiosamente veríamos que se mantiene en las condiciones de contratación la misma porción precitada.
También en las ordenanzas del Consulado de Sevilla de 1555, se puede leer textualmente “Por quanto una de las cosas más necesarias para el trato de la mercadería y para la conservación della es la antigua costumbre, que en todos los cabos se guarda, de asegurarse unos mercaderes á otros las mercaderías que cargan, y los navíos en que las llevan, lo qual se cesase, disminuiria mucho los trattos: porque, no habiendo aseguradores, no habría quien osase cargar, y osase
aventurar a perder todo lo que cargase....” (WEDOVOY, Enrique; La evolución económica… (4), p. 38).
A esta altura resulta conveniente aclarar para su mejor comprensión que entre los años 1561/1740 existió entre España y sus colonias un sistema de flotas y galeones que imposibilitaba a las últimas mantener cualquier tipo de comercio con terceras naciones, inclusive directamente entre las propias colonias españolas, obligándolas a comerciar y para el caso asegurar solamente con España.
Con respecto al comercio con el Río de la Plata, desde España se transportaban a Portobelo (Panamá) atravesando luego el istmo, de donde se embarcaban a Callao y desde este en lomo de burro hasta el Alto Perú, donde debían concurrir los comerciantes de Buenos Aires para adquirirlas. Obviamente la exportación era la vía inversa. La extensión y peligros del viaje hacia impracticable el contrato de seguros, que si existía entre España y Panamá.
La supresión del régimen precitado se efectuó mediante el establecimiento de un sistema de buques de registro, consistente en que los buques que obtenían una licencia del Rey podían comerciar entre puertos determinados, uno de la metrópoli y otro de las colonias, efectuando una rendición o liquidación de cuentas en el Registro de la Casa de Contratación del puerto español al finalizar el viaje.
Esto posibilitó el comercio directo entre Buenos Aires y España, fundamentalmente a partir del 12 de octubre de 1778 cuando se dictó el Reglamento y Aranceles Reales para el Comercio Libre de España e Indias. Si bien cabe la aclaración que era solamente libre con España, es decir se continuaba excluyendo a los países extranjeros, la entrada en vigencia del mismo trajo una gran prosperidad económica al Plata.
Veinte años después de la fecha precitada, concretamente en 1789, en un informe enviado por el Virrey Loreto a España sobre es estado del comercio, textualmente en relación a los seguros se manifestaba: “No se conoce ninguna casa y todas en la remesa de sus caudales recurren a España; siendo difícil que según la actual constitución de este comercio, se establezca este giro, porque además de no haber casas suficientemente acaudaladas para ello, concurre la circunstancia de que en Europa se corren pólizas por un tanto por ciento mui proporcionado a los riesgos actuales” (Documentos referentes a la Guerra de la Independencia y emancipación política de la República Argentina y de otras Secciones de América a que cooperó desde 1810 a 1828, t. 1, Buenos Aires, AGN, p. 339).
Este informe resulta de vital importancia histórica por cuanto además de ser el primero en el tema que se tiene conocimiento, del mismo se desprende que la actividad del seguro era perfectamente conocida en el Río de la Plata pero por sus requisitos y circunstancias especiales era imposible de desarrollar localmente, pudiéndose afirmar como síntesis que el seguro llegó a bordo de las naves sin llegar a desembarcar como institución local hasta finales del siglo XVIII, efectuándose contrataciones solamente con las aseguradoras que existían en España.

III. EL SEGURO EN EL RIO DE LA PLATA
En la época colonial prácticamente no se han encontrado antecedes, salvo las disposiciones de la legislación de las Indias precitadas y el establecimiento en el Río de la Plata de la primera agencia de la Real Compañía de Seguros Terrestres y Marítimos de Madrid en 1784 (PEDEMONTE, Gotardo C.; “Belgrano y los Orígenes del Seguro en Argentina”, Cuadernos del Inder, 1973, p. 17).
En 1794 se había creado el Consulado de Buenos Aires que tenía a su cargo la jurisdicción mercantil, encontrándose al frente de su secretaria en el año 1796 Manuel Belgrano, quien había realizado sus estudios de derecho en España.
Al respecto se debe tener presente que Belgrano estudió desde 1786 hasta 1792 en la Universidad de Salamanca, en plena época de la evolución de las ideas económicas en Europa, habiendo tenido contacto personal con Jovellanos, Campomanes, Gardoqui y otros importantes economistas, que tuvieron ingerencia en todos los temas relacionados a los seguros. Más precisamente, con el primero de los mencionados, el cual el 20 de septiembre de 1789 pronunció su célebre discurso para el establecimiento de una Compañía Nacional de Seguros (PEDEMONTE, Gotardo C , Ensayo histórico acerca del Seguro en la Argentina hasta el año 1898, Buenos Aires, Edición Talleres Gráficos, 1930, p. 28).
En la memoria del Consulado del 15 de junio de 1796, titulada “Medios generales de fomentar la agricultura, animar la industria y proteger el comercio de un país agricultor”, Belgrano manifiesta su opinión sobre la necesidad de crear una escuela de comercio y establecer una compañía de seguros terrestres y marítimos. En el primer documento histórico de propuesta de seguros conocido y para el Virreynato del Río de la Plata, textualmente se sostenía: “Otro de los medios de proteger el comercio es establecer una compañía de seguros, tanto para el comercio marítimo como el terrestre; sus utilidades son bien conocidas, tanto a los aseguradores como a los asegurados, y deberían empeñarse en semejante compañía al principio, todos aquellos hombres pudientes de esta Capital y demás ciudades del Virreynato, a fin que desde sus principios tuviese grandes fondos, dispensándole este cuerpo toda protección posible” (El seguro. Su origen y evolución... (2), p. 139).
Es importante señalar que en su propuesta Belgrano se alejaba del viejo molde de otros países donde el seguro se inició sobre la parte marítima, para después expandirse a otros riesgos, por lo que la misma resultaba totalmente novedosa.
A dos meses de leída la precitada memoria un importante comerciante local, Don Julián del Molino Torres tomaba la iniciativa de crear la primera compañía de seguros, dirigiendo a tal efecto a otros hacendados y comerciantes locales una propuesta para la conformación de la misma, fundamentándose en la necesidad de evitar la salida de capitales hacia España y la concreta posibilidad de percibir las indemnizaciones en forma rápida, al no tener que esperar su envío desde España (PEDEMONTE, Gotardo C , Ensayo histórico… (10), p. 33).
Teniendo en cuenta las invocaciones y fundamentos patrióticos de la propuesta realizada por Molino Torres, es correcto interpretar que la misma no se dirigía a las entidades o capitales españoles, sino a los locales que se veían afectados cuando no impedidos de contratarlos.
Como curiosidad se puede destacar que en el artículo XVI de los Estatutos de la nueva aseguradora a crearse textualmente decía “...deberá otorgar sus pólizas de los seguros que hiciera, en términos claros y significativos, sin dexar lugar, a interpretaciones cavilosas...” (PEDEMONTE, Gotardo C , Ensayo histórico… (10), p. 37).
Una circunstancia que a doscientos años aún perdura y es conflicto de debate.
La propuesta fue aceptada según nueva comunicación cursada a los que manifestaron interés con fecha 3 de noviembre de 1796 por Molino Torres, quedando el 7 de noviembre de 1796 constituida finalmente la primera empresa de seguros bajo el nombre de “La Confianza”, conformada bajo la estructura similar de aseguradoras europeas, con un capital de 400.000 pesos fuertes (400 acciones de 1.000 pesos fuertes cada una) y con una duración de cinco años, fecha esta última a partir de la cual se distribuirían las utilidades.
La aseguradora operó con normalidad según se desprende de los documentos de las juntas de accionistas hasta el año 1802 sin poderse llegar a determinar su continuidad o finalización por cuanto no existe documento alguno que así lo acredite.
Posteriormente no se tiene conocimiento sobre la existencia de otros documentos o aseguradoras hasta que el 15 de diciembre de 1810 se publica en el periódico “El Correo del Comercio” un artículo titulado “De los Seguros”, cuya autoría se le reconoce a Manuel Belgrano a pesar de ya encontrarse en esa época al frente del ejército en el Paraguay.
En su artículo Belgrano comienza definiendo el contrato de seguro, sus partes y condiciones, como así también su instrumentación por medio de la póliza y los distintos riesgos a los que se podía aplicar. Además efectuaba un análisis histórico social desde su origen hasta alcanzar el actual desarrollo de su época. Analizaba también su funcionamiento en general, incursionando también en el tema de los cálculos técnicos y el costo del seguro (PEDEMONTE, Gotardo C, Ensayo histórico… (10), p. 39).
Asimismo, hacía expresa referencia a la buena fe como base contractual al sostener textualmente “Muy pocos particulares están en estado de correr los riesgos de una empresa de comercio, y esta sola reflexión prueba cuan recomendable es la empresa de los aseguradores, que están expuesto a ser engañados sin engañar jamás…” (PEDEMONTE, Gotardo C., Belgrano y los orígenes… (9), p. 40).
En concreto, Belgrano realizó una obra magnífica cuya actualidad se proyecto hasta el presente, independientemente de la opinión de autores que discrepan en cuanto a la paternidad de Belgrano al tenor de su partida a la lucha patriótica antes de su publicación (WEDOVOY, Enrique, La evolución económica… (4), p. 51).
Posteriormente, tras la caída política de la Junta de Mayo y la asunción el 23 de septiembre de 1811 de un Triunvirato como poder ejecutivo, éste designó para integrar a una de sus tres secretarías a Bernardino Rivadavia, quien con fecha 21 de octubre de 1811 aconsejo por nota al consulado convocar a una junta de capitalistas nacionales y extranjeros, que traten los medios de crear una compañía de seguros y una caja o banco de descuento.
De este documento que se tiene conocimiento de su existencia a través de su hallazgo por intermedio de Andrés Lamas, quien efectuó una copia de un documento original supuestamente inédito (PEDEMONTE, Gotardo C., Ensayo histórico… (10), p. 48).
Cabe destacar que del análisis del contenido se desprendía una clara orientación exclusivamente hacia los seguros marítimos, a diferencia de la propuesta precitada de Belgrano que se refería a los seguros en general y que indiscutiblemente debería haber llegado a conocimiento de Rivadavia, teniendo en cuenta su publicación previa.
Al documento de Rivadavia se le ha otorgado vital importancia por cuanto aconsejaba la formación de aseguradoras con capitales extranjeros, es decir rompía con el lazo colonial que tanto daño le causó a la economía rioplatense. Inclusive su fecha fue posteriormente tomada como base para establecer en el país el Día del Seguro, hecho concretado mediante decreto № 915 del Poder Ejecutivo Nacional de fecha 8 de septiembre de 1944.
Independientemente del reconocimiento de las personalidades históricas mencionadas, incluyendo un eterno agradecimiento a las labores efectuadas en pos del nacimiento y engrandecimiento del país, se interpreta que el día de celebración bien podía haberse establecido el 15 de junio (de 1796) o el 15 de diciembre (de 1810) fechas éstas en que tuvieron lugar las memorias del Consulado y la publicación del artículo “De los seguros” respectivamente por Manuel Belgrano.
Para terminar cabe aclarar que a diferencia de la propuesta de Belgrano, la de Rivadavia nunca se llegó a materializar por cuanto al continuar los conflictos era imposible su instalación y desarrollo al que finalmente se llega después del cese de las luchas y la promulgación de la Constitución Nacional en 1853.
La inexistencia de aseguradoras en el Río de la Plata, no implicó que por ejemplo los navíos partieran o llegaran sin seguro, por cuanto teniendo en cuenta la situación y el conocimiento imperante de los mismos, seguramente se hacían en el extranjero o a través de agentes locales.
Finalmente podemos señalar como la primera legislación amplia y completa sobre seguros la incluida en el dictado del Código de Comercio de la Provincia de Buenos Aires de 1859, que si bien la provincia se encontraba distanciada de la Confederación, su dictado generó la fundación de numerosas aseguradoras algunas de las cuales aún hoy existen en el mercado argentino.

viernes, 28 de mayo de 2010

MAYO DE 1810

AIRES MASONICOS EN LA CIUDAD PUERTO
Un baño de misterio se derrama sobre la instalación de las primeras logias masónicas en el territorio de la República Argentina.
Los historiadores mas.·. o no, a la fecha y por igual, han fallado en sus intentos de encontrar archivos o cualquier otro tipo de documentos a fin de proporcionar una fecha cierta al inicio de la actividad de los hijos de la viuda en estas lejanas tierras.
Al parecer algunos autores han encontrado como antecedente de actividad masónica, la iniciativa de residentes franceses en esta Ciudad de Buenos Aires, entre los años 1795 y 1802, dando forma a la tan mentada “logia Independencia”, pero respecto a esta aseveración, tampoco existe unanimidad entre los estudiosos.
Otras pistas nos llegan de la mano de la labor del prófugo portugués Joao da Silva Cordeiro, quien habría conformado una logia que recibió el nombre de “San Juan de Jerusalén”, y es más, aparentemente a sus reuniones el mismísimo general invasor Beresford, durante el corto período de dominación británica de la ciudad, durante las invasiones inglesas, habría asistido en algunas ocasiones.
También existen referencias que nos llevan al año 1806 en torno a la actividad de residentes de origen inglés, a quienes se les adjudica la efímera instauración de los dos primeros talleres llamados: “Estrella del Sur” e “Hijos de Hiram”, con mucho pesar, en honor a la verdad debemos decir que al parecer habrían estado operativamente, muy vinculados a su lejana patria y que habría servido como servicio de información, plataforma para mayores intentos conquistadores de Inglaterra.
En definitiva, detrás de los rastros se destejen muchos hilos fantásticos que el propio entramado del tiempo agiganta o reduce según las necesidades del consumidor.
Pero lo que no puede negarse es la enorme participación de los masones en el proceso de emancipación argentina y americana.
La imagen tradicional y estática del cabildo de mayo de 1810, que se deja ver en aquellos viejos libros de estudio de la niñez maravillosa, es para muchos de nosotros un símbolo preciado.
Porque más allá de aquella pintoresca reunión de vecinos en la hoy histórica Plaza, con paraguas agregados por el imaginario colectivo, perviven grandes enseñanzas, en aquel proceso revolucionario, dinámico continental y mal que nos pese, inconcluso.
Recordemos que en 1800, radicado Miranda en Londres, fundó la “Gran Reunión Americana”, que funcionaría hasta 1810 como sede central de una red de sociedades patrióticas homónimas que se crearon en los pueblos y ciudades del alicaído imperio hispano, no sólo en Buenos Aires, sino también en Mendoza, Tucumán, Montevideo, Chile, Caracas, Bogotá, Lima y México, por ejemplo.
Y en esas reuniones, nombres tales como el de Pueyerredón, Bolívar, O'Higgins, San Martín, Zapiola, Balcarce, Alvear, Tomás Guido, Andrés Bello, Sucre, y otros muchos próceres de gran presencia en el histórico Billiken, se encontrarían vinculados a nuestra orden, nal que le pese a aquella corriente historiográfica, defensora de una tradición nacionalista de raigambre hispánica, de inspiración católica y profundamente conservadora en lo político, lo social y económico, que nos coloca la remera liberal, laica, igualitaria y universalista, que de alguna manera orada la ventajosa posición de la sociedad acomodada, a los beneméritos patricios argentos, que tan poco han hecho por el país todo.
Veamos como los miembros de la “Gran Reunión Americana”, así como de sus filiales, desde la primera hora se autodenominaron: “Caballeros Racionales”, tan racionales como para morir por su patria y sus paisanos -dijo alguno- y esto en muchos casos se terminó verificando, para la gloria de la patria.
Para terminar:
¿Como saber si los hombres integrantes de estas asociaciones, que bien podríamos denominar “panmasónicos” o "protomasones patriotas" respetaron la liturgia masónica de la época y fundamentalmente los aspectos rituales, de nuestra Orden.
Me parece que más allá de detenernos en discusiones bizantinas, lo importante para los argentinos, masones y patriotas sin lugar a dudas -como muchos lo han destacado antes-, es que el llamado “Espíritu de Mayo”, reconoce como su fuente más importante a las enseñanzas de la masonería vinculadas con la soberanía popular, la autodeterminación de los pueblos, la igualdad jurídica, la división de poderes, la representación, las libertades de pensamiento, expresión y conciencia, que en los tiempos de la pacificación tendrían también su correspondencia en nuestra Ley Fundamental.
El movimiento revolucionario de mayo produjo y plasmó en la sociedad civil, la manifestación externa de este ideario humanístico de la masonería que incidió directamente en la que sería más tarde nuestra Ley Fundamental en 1853.
De momento esto es todo QQ.·.HH.·. - SANDRO

jueves, 20 de mayo de 2010

"LA NOCHE CÍCLICA" J.L.B.


LA NOCHE CÍCLICA (A Sylvina Bullrich)

Lo supieron los arduos alumnos de Pitágoras:
los astros y los hombres vuelven cíclicamente;
los átomos fatales repetirán la urgente
Afrodita de oro, los tebanos, las ágoras.

En edades futuras oprimirá el centauro
con el casco solípedo el pecho del lapita;
cuando Roma sea polvo, gemirá en la infinita
noche de su palacio fétido el minotauro.

Volverá toda noche de insomnio: minuciosa.
La mano que esto escribe renacerá del mismo vientre.
Férreos ejércitos construirán el abismo.
(David Hume de Edimburgo dijo la misma cosa).

No sé si volveremos en un ciclo segundo
como vuelven las cifras de una fracción periódica; .
pero sé que una oscura rotación pitagórica
noche a noche me deja en un lugar del mundo

que es de los arrabales. Una esquina remota
que puede ser del Norte, del Sur o del Oeste,
pero que tiene siempre una tapia celeste,
una higuera sombría y una vereda rota.

Ahí está Buenos Aires. El tiempo que a los hombres
trae el amor o el oro, a mí apenas me deja
esta rosa apagada, esta vana madeja
de calles que repiten los pretéritos nombres

de mi sangre: Laprida, Cabrera, Soler, Suárez...
Nombres en que retumban (ya secretas) las dianas,
las repúblicas, los caballos y las mañanas,
las felices victorias, las muertes militares.

Las plazas agravadas por la noche sin dueño
son los patios profundos de un árido palacio
y las calles unánimes que engendran el espacio
son corredores de vago miedo y de sueño.

Vuelve la noche cóncava que descifró Anaxágoras;
vuelve a mi carne humana la eternidad constante
y el recuerdo ¿el proyecto? de un poema incesante:
«Lo supieron los arduos alumnos de Pitágoras...»

Jorge Luis Borges, 1940