sábado, 9 de abril de 2016

LA CAMARA DE REFLEXIONES. EL MIEDO Y LA BUSQUEDA DE LA LUZ. por Romu CM

A:.L:.G:.D:.G:.A:.D:.U:.
 O:.de Bs. As., 30 de marzo de 2016 (e:.v:.) V.:M.: y QQ.:HH.: todos

LA CAMARA DE REFLEXIONES. EL MIEDO Y LA BUSQUEDA DE LA LUZ.

Tengo el agrado de dirigirme a todos ustedes con el propósito de acercarles un breve trabajo sobre La Cámara de Reflexiones.
Podemos afirmar que la Camara de Reflexiones es una pequeña pieza sin ventanas, en la que se introduce al profano en su iniciacion. Los primeros objetos que encontramos son una mesa y un banco. Un craneo humano y algunos otros huesos, un féretro. Sobre la mesa se halla una vela como única fuente de luz material. Tambien un pedazo de pan, una botella de agua, un puñado de sal, azufre, mercurio, un reloj de arena, granos de trigo, etc. Sus paredes oscuras contienen inscripciones que no logramos interpretar inmediatamente, tales como V.I.T.R.I.O.L., Si la curiosidad es lo que te trajo aquí, VETE, un gallo, por mencionar algunas de ellas.
Intentare describir los elementos reseñados.
El pan es el alimento escencial y nos recuerda que nuestro cuerpo necesita nutrirse, ingerir energía para el desarrollo de la fuerza. Los pensamientos limpios y nobles constituyen el alimento del espíritu.
El agua (que es la esencia de la vida humana),  calma la sed, sirve para regar los campos sembrados, para la producción industrial, etc. Simbólicamente nos muestra la necesidad de la moderación en nuestros actos, evitando los excesos de los extremos.
La presencia del agua en la Camara de Reflexion nos orienta hacia la idea de fecundación. El agua fecunda y su asociación con el pan invita necesariamente a reflexionar sobre la naturaleza y sus leyes, las que deberá conocer para llevar adelante su trabajo, y ambos unidos (el pan y el agua) nos indican lo necesario de la prudencia con que hemos de enfrentar nuestro quehacer cotidiano.
Los huesos que se encuentran en desorden por todo el cubículo (o sobre la mesa) signifgican el caos en que estuvieron inmersas nuestras vidas hasta ese instante, en lo material y espiritual, y que precede al orden que pretendemos establecer en ella a partir de nuestra iniciación masónica.
El Craneo, símbolo de la mortalidad humana, es también el símbolo de aquello que sigue luego de la muerte. Receptaculo de la vida en su máxima expresión, el cráneo ha sido en las sociedades antiguas  el trofeo por excelencia. Poseer el cráneo del enemigo era apoderarse de lo mejor de el, apropiarse de su espíritu, de su alma. Simboliza la Igualdad que nos depara la naturaleza a todo ser viviente, y debe inspirar al Candidato a reflexionar sobre la necesidad de actuar en concordancia a principios y valores de solidaridad con los más necesitados, de tolerancia y respeto para quienes no concuerdan con sus ideas o conceptos, y de justicia y verdad para con todos sus semejantes.
El reloj de arena evoca el paso del tiempo. Naturalmente y sin esfuerzo el recipendario comprende que la presencia del reloj de arena invita a meditar sobre el paso del tiempo, lo efímero, el flujo inexorable del tiempo y la corta duración de la vida del cuerpo físico. Las extrapolaciones que realizamos a partir de la nocion de lo efímero nos conducen a una toma conciencia a la vez dolorosa y enriquecedora. Dolorosa por la imposibilidad de restablecer el tiempo pasado, inmodificable materialmente, y enriquecedora al comprender que debemos emplear este tiempo para construir nuestro Templo Interior, luchando contra nuestras pasiones, y haciendo cuantas buenas obras y servicios a los demás nos sean posible. También indica el regreso al origen, lo vacío y lo lleno, lo inferior y lo superior, el Cielo y la Tierra, lo de arriba y lo de abajo.
El Gallo esta vinculado directamente al sol y a la luz, ya que cuando canta el gallo esta anunciando el amanecer, el comienzo de un nuevo dia. Es el despertar interior del hombre, el triunfo de la Luz sobre las tinieblas, señalando además, la necesidad de la vigilancia que hemos de tener sobre nuestros actos, no permitiendo que nada nos aparte del sendero de la Verdad, la Justicia y el Honor. Representa el Mercurio (Hermes traducción), al cual debemos referirnos para simplificar la explicación del elemento sal,  y que está representado en el Templo por la Columna B, simbolizando toda influencia material o sensorial que procedente del medio externo, intenta penetrar el Ser Interno del hombre.
La sal, extracto del agua de mar por evaporación, es un fuego emanado de las aguas (Louis Claude de Saint Martin, un feu délivré des eaux). La sal conserva el agua y a su vez destruye por corrosión. Su simbolismo esta ligado a la ley de transmutaciones físicas y por extrapolación, a la ley de transmutaciones morales y espirituales. En la Logia esta representada por la columna B. Dable es recordar el origen etimológico de la palabra Salario y la columna donde estos se perciben. Formada por cristales, representa el equilibrio entre los principios internos (azufre)  y la influencia de las sensaciones  que provienen del exterior (Mercurio)  y representa la armonía de los elementos anteriores que debe alcanzar el Candidato antes de ser Iniciado.
El azufre es el principio activo de la alquimia. Para los alquimistas el azufre es en el cuerpo lo que el sol es en el Universo. Energía Activa, que se hace la Fuerza Universal, el principio creador y la electricidad vital que producen y animan todo crecimiento, expansión, independencia e irradiación. Representa la acción o energía espiritual creadora que parte del Ser Interno, es la esencia o chispa divina que reside en cada hombre y que tiende a elevarlo a su Creador. En la logia está representado por la Columna  J,
Lavagnini sostiene que la sal y el azufre son las dos columnas o tendencias que se hallan constantemente a nuestro lado, en cada uno de nuestros pasos sobre el camino de la existencia, y nuestra felicidad, paz y progreso efectivo estriban en nuestra capacidad de mantener en cada momento un justo y perfecto equilibrio entre estas tendencias opuestas, conservándonos a igual distancia de la una como de la otra, sin dejar que ninguna de las dos adquiera un predominio indebido sobre nosotros, sino que obren en perfecta armonía y nos dé cada cual sus mejores cualidades: el ardor irreflexivo y la paciencia iluminada, el entusiasmo perseverante y la serenidad inalterable, el esfuerzo vigilante y la firmeza incansable, que también simbolizan, sobre la pared del cuarto, el gallo y la clepsidra.
La ambivalencia de los símbolos -en aquello que concierne a la sal y el azufre nos permite visualizar, desde un plano positivo, orientado hacia la vida, la luz, el bien y, desde un plano negativo, orientado hacia la muerte, la destrucción, lo irreal-, posee en si misma una significación que los masones debemos internalizar firmemente: nada es bueno o malo en si mismo. Es el hombre, el constructor, que por el uso que hace de esas cosas las transformará en buenas o malas.
V.I.T.R.I.O.L. O V.I.T.R.I.O.L.V.M.
«  Visita Interiora Terrae, Rectificando Invenies occultam Lapidem (Veram Medicinam) », que significa: Visita el interior de la Tierra, y  rectificando encontraras la piedra escondida. (Medicina de la Verdad).
La rectificación llama a buscar la verdad, es observar, suponer, generalizar y corregir sin cesar. Es la operación esencial que garantiza la progresión del saber: reconocer el error.
Ambelain afirma que esta era la divisa de los Rosacruz y que habrían penetrado en las Logias Masonicas en el Siglo XVII.
Según Oswald Wirth, esta piedra escondida seria la piedra cubica de los Francmasones.
La piedra cubica es el resultado del trabajo efectuado por cada mason sobre la piedra bruta. Trabajo manual e intelectual que comprende a la totalidad del ser. El desafio de lograr la instrospección necesaria es el paso fundamental para llevar a cabo la gran obra, la construcción de un  nuevo ser.
Al escribir este trabajo, lo primero que vino a mi mente es el recuerdo de mi iniciación. En efecto, en aquella trascendental noche del mes de agosto recuerdo haber experimentado múltiples y diversas sensaciones.Tengo muy presente que lo primero que sentí fue frío, aislamiento, luego hizo su ingreso el miedo fundamentado en el entorno oscuro y en los elementos que allí se encontraban. La muerte andaba por el lugar. Poco a poco me fui acostumbrando a la tenue luz y el comenzar a observar los elementos que allí se encontraban hizo que el frio y el miedo empezaran a ceder, a dejar lugar a la comprensión del lugar en el que me encontraba y el propósito de estar allí. De las inscripciones y dibujos que se reflejaban en las negras paredes, me llamo particularmente la atención un Gallo, no sabría decir porque pero fue tranquilizador. Creo que esta reseña resulta explicativa y honesta para quien escribe estas líneas. Los estados descriptos (soledad, frio, oscuridad, silencio etc.) nos someten necesariamente a una confrontación con nosotros mismos, situación a la que no estábamos acostumbrados en la vida profana. La estancia en la caverna nos impone  mirar nuestro miedo, conocer su rostro, domesticarlo con la estimulación del propio miedo. El cráneo allí presente nos muestra el pasado y el propio futuro. Muere un hombre y nace uno nuevo. Nacimiento conciente que se convierte, por un lado en privilegio de voluntaria y novedosa búsqueda (de la que participan facultades como la observación, la imaginación, la inteligencia y la intuición), y por otro lado, en la obligación de sostener y renovar nuestro compromiso Masonico, el compromiso de la busqueda permanente de la luz.
Romualdo.

Cumplido V.:M.:

Romu G.                                                                
C:.M:.

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