miércoles, 25 de noviembre de 2015

EL ANCLA – SIMBOLOGÍA (Una rápida aproximación) por el Q.:H.: Sandro



A L.:G.:D.:G.:A.:D.:U.:

O.:Bs.As. 30 de octubre de 2013 (e.:v.:)
 
V.:M.: y QQ.:HH.: todos:
EL ANCLA – SIMBOLOGÍA 
(Una rápida aproximación)


Esta plancha trazada viene a colación de una charla que tuve una vez con el recordado H.: R.M. FINOCCHIARO (V.:H.: apropósito de la simbología del ancla o áncora, que como todos pueden notar, forma parte del emblema de nuestro taller, tanto en nuestra medalla como en nuestro blasón).
Así las cosas, diremos que el símbolo del ancla se ha manifestado entre los hombres desde los albores de la humanidad, puesto que en la medida que el hombre se aventuró a la mar, se vio en la acuciante necesidad de contar con un elemento que lo fijara en un determinado lugar sobre las aguas.
El ancla como símbolo habría aparecido -para los de este lado del mundo- en aquellas zonas que circundaban al mare nostrum de los romanos: el Mar Mediterráneo, implicando en una primera aproximación el fiel reflejo de la esperanza o la salvación del hombre que deja de estar sujeto a las fuerzas de la naturaleza, para ser protagonista de su destino.
El ancla, como elemento de peso que retiene al navío, liminarmente ha sido considerado un símbolo universal de firmeza, solidez, tranquilidad y fidelidad. En medio de los vaivenes del mar y de los elementos, ella es lo que fija, ata, inmoviliza o asegura el destino de los hombres.
El cristianismo primitivo tomó nota de esta simbología y convirtió al ancla en el símbolo de Cristo como aquel que evita el «naufragio espiritual».
Entre los poetas místicos, el áncora y la cruz unidas (cruz-ancla) se expresaba la voluntad de no abandonarse a los remolinos de la sensibilidad humana, fijando la voluntad a la cruz de Cristo como fuente de toda gracia.
Es conocida la imagen del ancla en la biblia como sinónimo de esperanza y por ello los cristianos, la adoptaron como un símbolo de esperanza también en una existencia futura, otorgando un nuevo y superior significado a un emblema que les era familiar[1].
En la doctrina cristiana, la virtud de la esperanza ocupa un lugar de gran importancia, Cristo es la esperanza que nunca falla para aquellos que creen en Él. San Pedro, San Pablo y algunos otros de los primeros Padres lo expresaron en este sentido, pero es en la Epístola a los Hebreos donde se conecta por primera vez, la idea de esperanza con el símbolo del ancla. Las Escrituras dicen que tenemos la “Esperanza” colocada delante de nosotros, “como un ancla del alma, firme y segura” (Hebreos 6,19-20). La esperanza de la que se habla aquí, no se relaciona a lo terrenal si no a cosas celestiales, y el ancla como símbolo cristiano, consecuentemente, se refiere solamente a la esperanza de la salvación. Se ubica entre los símbolos cristianos más antiguos[2].
Recuerdo que el Q.:H.: Raúl, gustaba de pensar que el ancla -tradición de los navegantes del mediterráneo-, había representado para los HH.: de aquella legendaria logia de españoles llamada Renovación que giraba bajo los auspicios del G.:O.:E.:, trasplantada en estas tierras, por la imperiosa necesidad, un punto de arraigo en una nueva tierra con la esperanza de un nuevo futuro.
Llamo a los QQ.:HH.: a que reflexionemos juntos sobre la simbología del ancla en nuestras medallas y también en nuestro blasón, particularmente, como así también, respecto de los muchos otros símbolos también presentes.

Cumplido V.:M.:

  
 RCS (SANDRO)
                                                                                                        M.: M.:


[1] Fuente: Hassett, Maurice. "The Anchor (as Symbol)." The Catholic Encyclopedia. Vol. 1. New York: Robert Appleton Company, 1907. <http://www.newadvent.org/cathen/01462a.htm
[2] Fuente: Hassett, Maurice. "The Anchor (as Symbol)." The Catholic Encyclopedia. Vol. 1. New York: Robert Appleton Company, 1907. <http://www.newadvent.org/cathen/01462a.htm

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