Se conoce por Revolución Universitaria, Reforma Universitaria de Argentina, o Reforma Universitaria de 1918, el movimiento de reforma universitaria que se inició en la Universidad Nacional de Córdoba en 1918, liderado por Deodoro Roca y otros líderes estudiantiles como Arturo Orgaz, y que se extendió luego a las demás universidades del país y de América Latina. Entre sus principios se encuentran la autonomía universitaria, el cogobierno, la extensión universitaria, la periodicidad de las cátedras, y los concursos de oposición.
Los objetivos esenciales de los reformistas eran la modernización científica, el cogobierno y la autonomía universitaria. El llamado estatuto de la reforma incluyo entre otras cosas cambios administrativos básicos como la eliminación de los cargos vitalicios y la creación de los consejos directivos,no obstante los principales reclamos no fueron incorporados. Una ordenanza saturó los ánimos: establecía nuevas condiciones de asistencia a clase y se suprimía el internado en el Hospital de Clínicas de Córdoba.
Un telegrama llegó a Buenos Aires. «¿Están con nosotros?». La Federación Universitaria de Buenos Aires (FUBA) contestó: «Estamos en el espíritu y en el corazón». La Federación Universitaria Argentina (FUA), creada 2 meses antes como central de los universitarios, apoyó la rebelión Los reclamos no fueron atendidos. El 20 de marzo, el Consejo Superior resuelve no «considerar ninguna solicitud». El 31 de marzo, los jóvenes proclaman una huelga general y piden la intervención de la Universidad.
Los estudiantes logran su propósito. El presidente Hipólito Yrigoyen nombra interventor al Procurador General de la Nación, José Nicolás Matienzo. Comprueba irregularidades, propone democratizar el estatuto y declara vacantes los cargos de rector y decanos.
No obstante los avances que implica la nueva normativa, los estudiantes quedan excluidos del proceso de elección de las autoridades.
El 15 de junio faltaba designar rector. El candidato reformista era Enrique Martínez Paz y el de la Universidad de Córdoba, Antonio Nores. Hubo dos votaciones y ninguno obtuvo mayoría absoluta. Se hizo una tercera en la que ganó Nores, pero no se proclamó ganador.
El presidente Hipólito Yrigoyen escuchó sus pedidos. Así quedaba atrás un sistema universitario de corte feudal, para dar paso al sueño de quienes protagonizaron la novedosa reforma universitaria. Cabe mencionar que distintos estudiantes que simpatizaban y militaban en las líneas de la Unión Cívica Radical tuvieron gran protagonismo en este movimiento reformista que logro trasponer las fronteras del país y llegar a otros países, para luchar con el liberalismo oligárquico imperante en toda América Latina por aquella época.
La Reforma se extendió rápidamente en las universidades de Buenos Aires, La Plata y Tucumán, únicas en ese momento, y luego por toda América Latina.
Por esa época se constituye la Federación Universitaria Argentina (11 de abril de 1918), que comprenderá en su seno a las diversas federaciones estudiantiles de cada Universidad (Córdoba, Buenos Aires, La Plata y Tucumán). Cada una de estas se integrará con un centro o asociación de estudiantes por cada facultad (Centro de Estudiantes de Medicina, de Derecho, de Ingeniería, etc.). Esta organización resulta similar en líneas generales a la actual. La FUA adoptará con el correr del tiempo actitudes y decisiones de gran importancia. Muchos ojos de estudiantes latinoamericanos van a fijarse en la Federación Universitaria Argentina, y llevarán adelante intentos propios de reforma en sus patrias de origen.
Córdoba se convirtió en pocos años, en pocos meses, en el símbolo de la rebeldía estudiantil para toda América Latina. Los hechos y su pequeña leyenda trascendieron las fronteras argentinas y fueron a redoblarse en otros países del continente.
El grito de 1918 y su Manifiesto Liminar («La juventud argentina de Córdoba a los hombres libres de Sud América», del 21 de junio de 1918) prendieron en casi todas partes.
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