martes, 17 de julio de 2012

Reforma Universitaria Argentina - 1918

Se conoce por Revolución Universitaria, Reforma Universitaria de Argentina, o Reforma Universitaria de 1918, el movimiento de reforma universitaria que se inició en la Universidad Nacional de Córdoba en 1918, liderado por Deodoro Roca y otros líderes estudiantiles como Arturo Orgaz, y que se extendió luego a las demás universidades del país y de América Latina. Entre sus principios se encuentran la autonomía universitaria, el cogobierno, la extensión universitaria, la periodicidad de las cátedras, y los concursos de oposición.

Los objetivos esenciales de los reformistas eran la modernización científica, el cogobierno y la autonomía universitaria. El llamado estatuto de la reforma incluyo entre otras cosas cambios administrativos básicos como la eliminación de los cargos vitalicios y la creación de los consejos directivos,no obstante los principales reclamos no fueron incorporados. Una ordenanza saturó los ánimos: establecía nuevas condiciones de asistencia a clase y se suprimía el internado en el Hospital de Clínicas de Córdoba.

Un telegrama llegó a Buenos Aires. «¿Están con nosotros?». La Federación Universitaria de Buenos Aires (FUBA) contestó: «Estamos en el espíritu y en el corazón». La Federación Universitaria Argentina (FUA), creada 2 meses antes como central de los universitarios, apoyó la rebelión Los reclamos no fueron atendidos. El 20 de marzo, el Consejo Superior resuelve no «considerar ninguna solicitud». El 31 de marzo, los jóvenes proclaman una huelga general y piden la intervención de la Universidad.

Los estudiantes logran su propósito. El presidente Hipólito Yrigoyen nombra interventor al Procurador General de la Nación, José Nicolás Matienzo. Comprueba irregularidades, propone democratizar el estatuto y declara vacantes los cargos de rector y decanos.

No obstante los avances que implica la nueva normativa, los estudiantes quedan excluidos del proceso de elección de las autoridades.

El 15 de junio faltaba designar rector. El candidato reformista era Enrique Martínez Paz y el de la Universidad de Córdoba, Antonio Nores. Hubo dos votaciones y ninguno obtuvo mayoría absoluta. Se hizo una tercera en la que ganó Nores, pero no se proclamó ganador.

El presidente Hipólito Yrigoyen escuchó sus pedidos. Así quedaba atrás un sistema universitario de corte feudal, para dar paso al sueño de quienes protagonizaron la novedosa reforma universitaria. Cabe mencionar que distintos estudiantes que simpatizaban y militaban en las líneas de la Unión Cívica Radical tuvieron gran protagonismo en este movimiento reformista que logro trasponer las fronteras del país y llegar a otros países, para luchar con el liberalismo oligárquico imperante en toda América Latina por aquella época.

La Reforma se extendió rápidamente en las universidades de Buenos Aires, La Plata y Tucumán, únicas en ese momento, y luego por toda América Latina.

Por esa época se constituye la Federación Universitaria Argentina (11 de abril de 1918), que comprenderá en su seno a las diversas federaciones estudiantiles de cada Universidad (Córdoba, Buenos Aires, La Plata y Tucumán). Cada una de estas se integrará con un centro o asociación de estudiantes por cada facultad (Centro de Estudiantes de Medicina, de Derecho, de Ingeniería, etc.). Esta organización resulta similar en líneas generales a la actual. La FUA adoptará con el correr del tiempo actitudes y decisiones de gran importancia. Muchos ojos de estudiantes latinoamericanos van a fijarse en la Federación Universitaria Argentina, y llevarán adelante intentos propios de reforma en sus patrias de origen.

Córdoba se convirtió en pocos años, en pocos meses, en el símbolo de la rebeldía estudiantil para toda América Latina. Los hechos y su pequeña leyenda trascendieron las fronteras argentinas y fueron a redoblarse en otros países del continente.

El grito de 1918 y su Manifiesto Liminar («La juventud argentina de Córdoba a los hombres libres de Sud América», del 21 de junio de 1918) prendieron en casi todas partes.

Instrucción masónica, para todas las edades.

Autor: PVM. Respetable Logia Añaza, Marino de Armas Benítez
Knight Templar Priests, GLUI.

Son las intenciones de este humilde artículo invitar a la reflexión colectiva, en referencia al tema de la instrucción masónica y su necesidad. Esperando que pueda serles útil, algún día de sus vidas y a vuestros discípulos.

Hay quienes dicen que la Masonería es algo anticuado y utópico. Respetando opiniones resulta curioso observar, como en pleno siglo XXI la sociedad actual encuentra razones que le impulsan a hacerse masón y aún en el supuesto que fuera una quimera sería una bella utopía que merecería la pena vivirse.

Otros exponen que la Masonería es elitista; no somos elitistas pero si somos selectivos, por ello no encuentran lugar entre nosotros quienes no demuestren poseer cualidades para la vida iniciática. Para ser iniciable es preciso poner el ser por encima del tener, y acudir a la institución con el propósito de dar más que con el de recibir. Dentro de nuestros miembros podrán encontrar desde carpinteros (obreros simples) hasta personas publicas pertenecientes a diversos sectores sociales, católicos, musulmanes, judíos, etc. todos hombres libres y de buenas costumbres.

¿Qué es un hombre libre y de buenas costumbres?

Hombre libre es aquel que tiene libertad para expresar sus pensamientos, no acepta imposiciones que atenten contra sus principios, ni está sujeto a la voluntad de un tercero; encontrándose despojado de prejuicios, vicios y bajas pasiones que embrutecen al hombre y hacen de él un esclavo de los inconvenientes del materialismo irracional.

Para ser hombre de buenas costumbres deberá obedecer las leyes del país en que reside, venerar a su patria, y honrar a su familia, tolerante y respetuoso con las ideas políticas y religiosas de sus semejantes. Aplicarse la seriedad de los conceptos, el decoro de las formas y observar una conducta moral y la ética en su vida privada y pública.

La libertad interior y la adecuada orientación moral de su vida, dice lo que el hombre es y lo que puede ser. Son los pilares en que descansa la construcción de su templo interior.

Introducción

…Cuando el aprendiz esta listo, el maestro surge…

Pretender establecer una norma o patrón metodológico, sobre cómo instruir masonicamente a nuestros miembros resulta equivoco. El instructor masónico debe iniciar su labor conociendo a sus discípulos de cerca, evitando que las dificultades de la vida profana surjan haciéndoles sentir incómodos, lo verdaderamente importante es que disfruten de ese momento de reunión. Lográndose con ello que la información aportada, quede grabada en el subconsciente del discípulo sin necesidad de que este tome notas; el conocimiento aprendido aflorara en el momento adecuado y a la hora propicia, demostrando su aprendizaje.

Desarrollo

El método de aprendizaje masónico no es similar a una receta, es una forma de pensar, es la estrategia de acomodar los recursos que disponemos en función del dialogo entre el maestro y el aprendiz.

Debemos distinguir tres procedimientos del aprendizaje:

1.El aprendizaje intencional: Es el que responde a un objetivo del instructor.

Ejemplo: …Hoy evaluaremos que hermano, se conoce de memoria el ritual de apertura logial, para que tenga más lucidez la próxima tenida…

Esto es solamente una apariencia del aprendizaje, debemos ilustrar a los hermanos en referencia al puesto que ocupa como oficial de la logia, hasta que un masón no ocupa una oficialía, trabaja y se instruye no se puede valorar sus actos.

Es realmente bello llegar a una logia donde sus miembros se conocen de memoria la ritualistica, esto aporta gran lucidez. ¿Pero cuantos sabrán, la esencia simbólica de sus palabras, fruto de memorizar un texto y repetirlo cual grabadoras?

2.El aprendizaje asociado: En este procedimiento adquiere relevancia, la particularidad individual del discípulo.

Cuando estamos aprendiendo un tema determinado jamás lo relacionamos en igual forma, debido a que nuestro interior situara al nuevo conocimiento adquirido acorde al contexto que nos acompaña en ese instante. Cada uno lo vera con sus propios ojos, por ello no hacemos el mismo tipo de asociaciones siempre para el mismo conocimiento.

Ejemplo: Algunos profesores cuando realizan una pregunta esperan del alumno, una respuesta casi idéntica a como impartió ese conocimiento.

El deber de un instructor es conocer un campo amplio de asociaciones, para cada pregunta que formule. Tratando de analizar porque respondió de un modo determinado el discípulo, aun cuando sean erróneas respecto a la pregunta formulada, habrá un sentido lógico y acorde a lo que ocurre en el interior del alumno en ese instante. Solo así podremos ayudarle a comprender, recordando que todo discípulo posee un derecho intransferible, la libertad de asociación.

Esto se ve reflejado en una frase que en ocasiones sito, tomando como base mis experiencias personales:

…podrán encadenar mi cuerpo pero jamás mi mente, ella vuela libre más halla de los muros…

3.El aprendizaje subconsciente: Es un aprendizaje por impregnación, donde se mezcla el conocimiento con motivaciones. conduciendo a la ilustración de un modo sencillo de practicar.

Ejemplo: Veamos un dialogo metafórico, entre un aprendiz y un maestro masón.

Aprendiz: ¿Querido hermano, que libro me recomendaría usted para conocer la historia de la Gran Logia de España?

Maestro: Hermano, libros que traten este tema son múltiples y variados los autores.

Afortunadamente no son todos, pero algunos aluden a diversos hechos y posteriormente presentan un juicio de valores, desde el punto de vista personal del autor alejándose de la realidad.

Para poderle explicar a un masón la historia de la masonería, debemos tener presente algunos conceptos fundamentales:

•¿Qué es la Historia Masónica?

Historia derivada de histor (Saber), el saber del pasado. No es la simple crónica de un hecho, es el estudio crítico de los actos. “El proceso de los vivos es la Justicia, el proceso de los muertos es la Historia”.

Por ello al estudiar los orígenes de la historia de la masonería, podríamos realizar dos tipos de aproximaciones. Una que definiríamos como Autorizada o Justificable, en la que la teoría expresada se construye alrededor de hechos verificables y documentación histórica demostrable y otra Hipotética o Posible en la que se ubica a la francmasonería en el contexto de la tradición de los misterios menores y mayores, correlacionando enseñanzas, alegorías y simbolismo del oficio del maestro cantero con las de distintas tradiciones esotéricas.

•¿Qué es la Tradición Masónica?

Según la Real Academia Española, Tradición es el conjunto de bienes culturales que una generación hereda de las anteriores y por estimarlo valioso es transmitido a las siguientes. Es considerado como tradicional los valores, creencias, costumbres y formas de expresión de un colectivo o comunidad especialmente a aquéllos trasmitidos oralmente.

La Tradición masónica, es una idea que se concibe a sí misma como tradición intelectual, espiritual y ética; arraigada en la experiencia constructiva. Esta tradición masónica posee en efecto un sentido profundo universal.

Antes del surgimiento de la escritura como medio de transmisión del conocimiento ya era empleada la transmisión oral, como medio de trasladar de generación a generación los conocimientos adquiridos. Esto permitía a las nuevas descendencias interpretar los aspectos culturales, sociales, históricos, etc. de una civilización.

Ese es el método masónico más empleado desde el inicio de los tiempos por nuestra Orden, de Maestro al Aprendiz y de oreja a oreja. Por medio de la palabra se entrega esa esencia, que no aparece en los libros y que constituye nuestro mayor secreto y legado. Téngase en consideración que cuando un maestro transmite por este medio su conocimiento al aprendiz, lo realiza aplicando una elemental formula:

Conocimientos heredados de antiguos maestros + Experiencias personales vividas= Tradición Oral Masónica.

En otros términos, cuando invocamos la tradición con la más pura energía del alma, lo realizamos porque en ella esta la historia viva de lo que actualmente somos y lo que seremos en idéntica unión y orden con el pasado; buscamos su esoterismo porque en el se encuentra el conocimiento, la sabiduría, las enseñanzas, la práctica, los ritos y la tradición más secreta e incomprensible para los profanos.

Tras explicarle al aprendiz el concepto de Historia y Tradición masónica, el maestro masón debe recomendarle al recién iniciado cuatro apreciaciones que algunos los autores no tienen presente, y que como lector debería tener en consideración:

•Los historiadores cuentan las historias de otros, nunca la suya propia. La mayoría no son miembros de nuestra institución por ello de la historia narraran lo que sale fuera, jamás sabrán el ¿Por qué? Esa respuesta se encuentra, tras los gruesos muros de nuestros Templos a buen recaudo.

•La masonería es vivencial, quien no la haya vivido no dispondrá de argumentos adecuados. Todo francmasón es parte viva de la historia masónica de cada país en que ha residido y trabajado, en bien general de la institución masónica universal. Por ello con sus actos puede cambiar la historia y su propia historia, contribuyendo al engrandecimiento de la tradición de esa Gran Logia a la cual perteneció. Y tarde o temprano y sin usted pretenderlo, algún historiador al escribir sobre algún tema masónico aludirá su nombre o acción realizada por usted, eso es lo que perdura.

•Si no existen masones no hay Logia masónica. Si no hubiese Logia no habrá Gran Logia Provincial. Si no hay Gran Logia Provincial no habrá Gran Logia. Por consiguiente si no hay masones que contribuyan al ideal masónico y al mejoramiento del género humano; no habrá historia masónica ni historiador que pueda contarla. Por ello hermanos todos aprendices, compañeros y maestros masones; no somos perfectos pues somos humanos, pero les garantizo que somos la historia viva de cada país.

•El corazón de los sabios está donde se practica la virtud, y el corazón de los necios donde se festeja la vanidad. Lee y aprovecha, ve e imita, reflexiona y trabaja, ocúpate siempre en el bien de tus hermanos y trabajarás para ti mismo. No juzgues ligeramente las acciones de los hombres; no reproches y menos alabes; antes procura sondear bien los corazones para preciar sus obras.

Lo anteriormente expuesto demuestra que en el proceso del aprendizaje masónico existen cosas que tocan profundamente aquello que somos, viendo en la medida en que se desarrollan los acontecimientos, perspectivas que no habían sido dichas esa es la esencia del dialogo, convivencia e intercambio maestro – discípulo.

Permitiéndole al que recibe la información, realizar su consulta con la almohada con mayor nitidez, pues en ese instante de aparente descanso sus energías recuperan su nivel normal trabajando secretamente por nosotros, así trabaja el subconsciente no descansa, aclarándose la duda y aflorando la solución del problema como un precioso regalo ¡Eureka!.

Conclusión

Es importante que el instructor masón tenga presente varios aspectos antes de iniciar su tarea:

•AL enseñar a un hermano o discípulo, le estamos entregando un Obsequio Masónico según los Antiguos Usos y Costumbres. Estamos entregándole una llave capaz de abrir mil y una puertas será su conciencia, corazón y libre albedrío los encargados de su elección. Por ello el conocimiento masónico se brinda a quien lo solicita, no se impone.

•No se puede aprender si no hay motivación, nadie aprende algo si no tiene interés en lo que va a aprender.

•No solo se aprende con la inteligencia, se aprende con afecto, con sentimiento, con las relaciones humanas, etc. elementos que comprometen nuestra vida y la hacen crecer.

•La meta sublime del instructor masón es provocar en su discípulo un despertar de la conciencia, para que sea puesta al servicio de sus acciones a favor del género humano.

•El Maestro Masón tiene una sola misión hallar al Aprendiz, para entregarle la carta llamada francmasonería en la cual esta escrito un mensaje de esperanza y amor de generación en generación, para que el sueño heredado por nosotros sea leído por otros; hasta el día en que la paz reine entre los hombres.

Es cuanto se ha de decir. Que el GADU. guié vuestros pasos.

Fuente: Kemnebi Baruti Usir (Marino de Armas)

“Saber” de Masonería no es lo mismo que “ser masón”

“Saber” de Masonería no es lo mismo que “ser masón”

R.·. H.·. Cyrano de Bergerac A.·.G.·. 
Gran Logia de la Argentina

El espíritu científico, que nutre al Hombre de humildad, paciencia, método,
hábitos de pensamiento, confianza en la fuerza de su razonamiento, cierta
razonable prescindencia de los resultados que encuentra es el único camino
para iluminar a un hombre responsable de su destino individual y social.
Sin embargo, no es suficiente. La Verdad fundada en la ciencia es precondición
de virtud, pero no es la virtud misma.
Sabemos cómo en muchos hombres opera la denominada  disociación
intelecto-afectiva. Es decir, piensan de una manera pero actúan de otra
completamente opuesta. Lamentablemente, saber de algo no es sinónimo de
actuar coherentemente con ese conocimiento.
“Saber” de Masonería no es lo mismo que “ser masón”. Pero la ciencia con su
tesonera búsqueda de datos, su infatigable construcción de hipótesis, su
persistente formulación de teorías, nos enseña cómo son las verdaderas
“reglas de juego” de la Naturaleza y de la sociedad. Lamentablemente, una
Verdad puede esgrimirse para justificar una mentira.
Y pensamos como Goethe: “la condición primera y última de todo genio, es el
amor a la Verdad. Y es precisamente este amor a la  Verdad que la ciencia
permite desarrollar en sus más ambiciosos términos”

Sobre Ciencia y Masonería.
Conferencia fue publicada en un folleto, por la Gran Logia de la Argentina de Libres y
Aceptados Masones en el año 1981.


e Masonería no es lo mismo que “ser masón”

viernes, 6 de julio de 2012

La Fundación de la Gran Logia Argentina



La masonería Argentina, como se la conoce ahora, tuvo como partida de nacimiento la constitución de la Gran Logia, el 11 de Diciembre de 1857. Esta constitución produjo un complicado trámite a raíz del virtual enfrentamiento entre Miguel Valencia (1799-1870) que provenía de una familia unitaria que había retornado del Brasil, luego de un extenso exilio, y José Roque Pérez (1815-1871), un federal que habia sido funcionario diplomatico durante el gobierno de Rosas.
Desde luego que no fueron los ingleses los que reconocieron a los masones argentinos. Valencia tenia poderes conferidos por la masonería brasileña, ajena a la tradición argentina, y Pérez,relaciones estrechas con la Gran Logia de Montevideo, que era el centro masónico fundamental en el Rio de la Plata.
Miguel Valencia era, como Pérez, un jurisconsulto. En 1832 había sido redactor de El Telégrafo del Comercio, pero al poco tiempo tuvo que abandonar Buenos Aires por la persecucion rosista y se trasladó al Brasil, donde dictó varias cátedras de derecho en la Universidad de Río de Janeiro y colaboró en el periodismo.
Después de Caseros, Valencia fue miembro de la judicatura, dictó cátedra en la Facultad de Derecho porteña y, a partir de 1853, formó parte del Senado bonaerense en la fracción antiurquicista. Era un orador fogoso y su actividad política fue favorable al partido porteño.
En la masonería lo había iniciado el doctor Julián Alvarez (1788-1843), figura clave de la masonería en mayo de 1810'3. Valencia militó en la masonería chilena y en la "Logia Capitular Regeneración", de Niteroi, Brasil.
Al retornar a Buenos Aires, mantuvo diferencias con José Roque Pérez, apresurándose a crear, a principios de 1857, el denominado "Gran Oriente de la Confederación Argentina", pero su esfuerzo fue efímero y poco aglutinante. Jose Roque Pérez y la amplia mayoría de los masones de la época no querian una masonería unitaria sino que pretendían otra que impulsara la unidad nacional. En pocos meses, Pérez recorrió las tres logias que reconocían el liderazgo de Valencia y lo dejó sin base de sustentación. Con las que le respondian y con aquellas que se habían agrupado junto al doctor Valencia, José Roque Pérez fundó la actual Gran Logia de la Argentina de Libres y Aceptados Masones.
La constitución de la Gran Logia dio organicidad a las diversas logias, uniendo a las que actuaban en Buenos Aires y luego a éstas con las del interior del país. Aquel 11 de diciembre de 1857 realizaron el pacto de unión las logias "Union del Plata", "Confraternidad Argentina", "Consuelo del Infortunio", "Tolerancia", "Regeneración", "Lealtad" y "Constancia", eligiendo como Gran Maestre al doctor Jose Roque Pérez. Jurista notable, diplomático, filántropo y humanista, Pérez, junto a otros cofrades, en su mayoría médicos - como el doctor Manuel Gregorio Argerich -, murieron socorriendo a los enfermos durante la epidemia de fiebre amarilla. El pintor uruguayo Juan Manuel Blanes (1830-1901) inmortalizó a los mártires masónicos en su cuadro La fiebre amarilla, donde están representados José Roque Pérez y Argerich, junto a un adolecente, trasponiendo el portal de una casa y aparecen una mujer, en el suelo, muerta, y su bebé gateando en busca de socorro.
Bibliografía
La Masonería
Política y Sociedades Secretas
Emilio Corbière
Editorial Sudamericana
Páginas 150,151,152